La novedad que todos los políticos están leyendo

Este gobierno no es de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario, bromea el politólogo Santiago Leiras. Hace pocos días, mil argentinos de todo el país le respondieron al analista Guillermo Oliveto una pregunta de fondo: ¿qué debería hacer Macri, seguir las políticas estatistas del kirchnerismo, abrazar una economía neoliberal o encontrar una fórmula intermedia? Un 13% se pronunció a favor del "modelo nacional y popular" y un 5% adscribió a la apertura irrestricta. El 82% le pide a Cambiemos un sistema mixto (tan lejos de Menem como de Cristina) que equilibre Estado y mercado. A continuación, Oliveto preguntó cuánto de cambio y cuánto de continuidad buscaba el pueblo argentino. Aquí se ve la magnitud de la grieta: un 5% exige que el proyecto cristinista no se toque y un 29% que se tire abajo ladrillo por ladrillo. El 66% reclama, por su parte, que Macri corrija los errores, pero mantenga "las cosas buenas". Leiras advierte que el ajuste apocalíptico que se profetizaba en verdad nunca sucedió, y que si bien han habido hasta ahora algunas medidas de shock (tarifas), éstas se han producido en una dinámica relativamente gradual. "No hay políticas de déficit cero ni de drástica ruptura -describe-. Hay políticas que empezaron con el kirchnerismo y se han preservado, y hasta se han ampliado muchos de los programas sociales. Por eso es difícil todavía pensar en un giro a la derecha."

Las cifras de Oliveto y las conclusiones de Leira explican el rumbo del oficialismo, parte de la furia de los cristinistas (habría que ver cuánta virulencia se agrega por el calvario judicial) y la creciente decepción de los conservadores (esperaban cirugía mayor). También explican de algún modo la frase de Mario Quintana en el Foro de Inversores: "Durante años vivimos una falsa dicotomía según la cual cuidar la economía significaba destrozar a la gente, y cuidar a la gente implicaba destrozar a la economía". Quintana fue allí aspiracional y tal vez algo naíf (habrá que ver si la realidad le cumple sus sueños), pero reveló implícitamente la consigna interna del Gabinete: no somos ni el populismo ni la derecha. Este cuadro se completa con los asombrosos niveles de aprobación popular que tiene la reinserción de la Argentina en el concierto global (74%) y la búsqueda de inversiones en el exterior (70%), datos que desbaratan el intento kirchnerista por asimilar la actual Cancillería a las "relaciones carnales". Esa operación busca instalar la idea de que éste es un...

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