La noche que Messi fue feliz

CÓRDOBA.- Fue la noche en la que Leo Messi volvió a sentirse importante, influyente, participativo, con huellas de su enorme capacidad. Chispazos de su genio. La noche en la que se sintió otra vez feliz. En el primer partido luego de sus dudas existenciales, de su bajón anímico, de aquellos silbidos en Santa Fe y después de dos actuaciones sin su brillo estelar, se sintió respaldado por el público, primero, y por el equipo, después. Dio varias asistencias con su clase, aunque sus compañeros, sobre todo Pipita Higuaín, fracasaron en el área adversaria. Eso es lo único que le faltó al mejor del mundo: precisión en el momento de la definición. El genio, figura para la Conmebol, aún no puede marcar en el seleccionado.Apenas empezó el partido, el público se unió en un grito de batalla: "¡Messi, Messi, Messi!". Como si hiciese falta remarcarlo: después de la noche amarga contra Colombia, resultó el mejor respaldo que precisó la Pulga para desplegar su vuelo. Hubo, también, varias banderas: "Messi creemos en vos", "Messi perdonalos, no saben lo que hacen". Quedaron muy atrás, entonces, el incidente con Nicolás Burdisso, las críticas despiadadas y hasta un insólito rumor que se escuchó en los pasillos del estadio Mario Alberto Kempes: que llegó a pensar en abandonar a la selección.Durante la primera parte, estuvo mayormente volcado a la derecha, no tanto de enganche. Por momentos, modificó su posición con Pipita Higuaín, como número 9. Ya desde el principio, lanzó asistencias como si se tratara de Barcelona: de todos los colores y para todas las posiciones. Agüero y Pipita fallaron el remate final. Hubo, también, espacio para dos tiros libres: uno cerca del travesaño y otro que chocó en la barrera.Se sintió más cómodo con un ingreso que dispuso Checho Batista: con Fernando Gago se entendió muy bien cuando se retrasó, habló el mismo idioma futbolero. Y, por momentos, también con Di María. Evidentemente, tuvo más movilidad y conexión que en los otros partidos. Mientras, volvía el amor. "Messi, Messi", le acariciaba el oído el público cordobés. Una palmeada en la espalda.Durante el segundo tiempo fue cuando expuso su mejor versión. Cuando se sintió más Messi que nunca. Varias infracciones sufrió, pidió la pelota siempre, expuso habilitaciones como si tuviese un guante en el botín izquierdo y, también...

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