No todos sobreviven a la experiencia

Cuando una alarma de seguridad suena durante el fin de semana en el edificio de una corporación es muy poco probable que alguien, siendo empleado, se llegue a enterar. Pero cuando se es jefe y dueño de la propia compañía, correr tras una alarma es uno de los múltiples roles que se van a desempeñar con una dedicación que no tiene horarios ni límites de tareas preestablecidos.A nivel global, el 70% de los emprendimientos fracasa en los primeros tres años de vida. Algunos de los que perimen persisten en su actitud emprendedora y otros tantos vuelven a la estabilidad de la relación laboral de dependencia."Hay una ilusión con ser tu propio jefe y el día en que empiezan a vivirlo, muchos se asustan porque se quedan solos. Si estás muchos años en una corporación, se crea la mentalidad de que todo funciona y que los procesos están establecidos; eso es muy difícil de cambiar", dice el director de la maestría en Dirección Estratégica y Tecnológica del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), Diego Luzuriaga, que también es emprendedor y aportante de fondos a este tipo de proyectos.En su experiencia como inversor le tocó toparse con gente que pretendía delegar la dirección de las empresas en quienes aportaban los fondos cuando en realidad deberían sentirse...

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