Ya no quedan dudas: el Fondo Monetario es peronista

El ministro de Economía, Martín Guzmán, en su conferencia de prensa sobre el entendimiento con el FMI

Ya no queda ninguna duda. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es peronista. El Gobierno acusa al organismo de haberle dado un préstamo político al gobierno de Mauricio Macri. Dijo que el préstamo fue "destinado a respaldar las posibilidades electorales de la administración en ejercicio." Pero ese salvavidas, si existió, fue un salvavidas de plomo.

El FMI le exigió a la administración de Macri un ajuste fiscal de casi cuatro puntos del PBI en el curso de un año y medio, y le impuso una política monetaria absurdamente contractiva. El 7 de octubre de 2018, una vez firmado el segundo acuerdo con el FMI, escribí en LA NACION: "Es muy probable que la estrategia monetaria que impuso el FMI beneficie al peronismo en las elecciones de octubre de 2019″. Y agregué que "es probable (…) que el nuevo programa monetario extienda la recesión por varios meses más."

Efectivamente, la contracción fiscal y monetaria tuvo un importante impacto en la actividad. A esto se sumó la imposibilidad, por imposición del acuerdo, de intervenir en el mercado de cambios, lo cual generó zozobras con alto impacto en la popularidad del gobierno macrista a partir de marzo de 2019. El resto es historia.

El entendimiento con el FMI anunciado el viernes último reafirma que el organismo es peronista. Le impone al Gobierno de Alberto Fernández un ajuste fiscal de solamente 1,3 puntos porcentuales del PBI en los dos años que le quedan. La variable debe pasar de 3,2% del PBI en 2021 a 1,9% en 2023. Al mismo tiempo, le piden al próximo gobierno que baje el resultado primario a 0% del PBI en los primeros dos años de mandato.

Los requerimientos monetarios y cambiarios son también mucho mas light que los realizados cuando estaba la gestión de Cambiemos. Le permiten al Banco Central seguir financiando al Gobierno -aunque en forma mucho más acotada que en 2020 y 2021 y de manera decreciente-, y habilitan a mantener los extensos controles de capitales, aunque, por otro lado, aparentemente le exigen contar con una tasa real positiva, lo que sería una primera vez para un gobierno kirchnerista.

Tampoco le imponen a este Gobierno ninguna reforma estructural, como, por ejemplo, del régimen laboral o del sistema de jubilaciones. No es que a Macri le hayan pedido demasiadas reformas tampoco, pero en ese entonces se trataba de un acuerdo Stand-by, mientras que ahora se trata de un Extended Fund...

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