Cómo no perder la confianza detrás de la caída

Semblantear a los jugadores de Independiente a horas de perder la Recopa ante Inter deja algunas conclusiones. Los rostros no mostraron una sola mueca de alegría desde que dejaron el estadio Beira-Río hasta que hicieron las valijas para partir rumbo al aeropuerto. Les dolió la tercera frustración copera en el año. Es cierto que ganaron la Copa Sudamericana en 2010, pero tropezaron en sus intentos con la Libertadores, la Suruga Bank (con más peso estadístico que deportivo) y la Recopa. Es una señal inequívoca de una derrota con peso específico, cuya gravedad hipoteca el futuro de varios integrantes del mundo rojo.Los jugadores. Dos titulares indiscutidos quedaron en el centro de la escena por sus rendimientos de anteanoche: el arquero, Hilario Navarro, y el defensor central, capitán y referente, Gabriel Milito. El guardameta correntino pudo haber hecho algo más en el primer gol del partido, obra de ese depredador del área llamado Leandro Damiao. Y dio la sensación de que salió con demasiada adrenalina a tapar a Jo en la jugada que desembocó en el penal del 3 a 1, luego convertido por Kléber. Esos errores no hicieron sino agigantar la figura de su suplente, Fabián Assmann, quien encadenó grandes actuaciones por el torneo local mientras Navarro estuvo lesionado.Milito, por su parte, redondeó su peor desempeño desde que cambió el glamour de Barcelona por su terruño de Avellaneda. Falló en los tres goles del equipo gaúcho. "Si no lo vas a poner, entonces, ¿para qué lo traés?" , se escuchó por allí. Era una discusión de dirigentes y allegados sobre el Mariscal. Y su salida o no del equipo titular. El jugador tiene el apoyo del entrenador y de los dirigentes que manejan el fútbol, y muchos piensan que su mejor versión llegará cuando termine de reacomodarse al torneo argentino. Si dos de los más prestigiosos jugadores del plantel regresaron con la sensación de haber dado un paso atrás, la ecuación no es distinta para el resto. Ninguno se salvó de la reprimenda o la crítica. Y quedó la certeza de que, en su ADN, este equipo de Independiente parece tener energía sólo para 15 o 20 minutos por partido. Durante el resto del encuentro, se abona al sufrimiento.El entrenador. "El equipo murió de pie", sentenció Antonio Mohamed al ilustrar el rendimiento de sus jugadores ante Inter. Cuando se lo consultó sobre la ola de rumores de renuncia que...

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