'No me interesa vivir solo en una caja de zapatos': 'roomies', la tendencia de compartir departamento que crece entre los jóvenes

Nicholas Santini, Valentina Izquierdo y Axel Ance comparten un departamento en Villa Ortuzar

Una escalera de hormigón conduce hasta el último piso de un edificio bajo, de cuatro niveles, en el barrio de Villa Ortúzar. Al ingresar, se ve una mesita que funciona como recibidor en la que se disponen adornos diversos de manera aleatoria: unas películas animadas en VHS, un buda rosa, un micrófono, unos papeles amarillentos y unas llaves. La escena se reproduce en otros espacios de la casa, como si la decoración fuese producto de varias personas con criterios estéticos particulares y diversos entre sí. Sus habitantes, Axel Ance, de 25 años, Valentina Izquierdo, de 21, y Nicholas Santini, de 21, comparten el piso desde hace cinco meses y eligen convivir, entre otras cosas, para dividir gastos, porque de esta manera pueden optar por un departamento más amplio, y para estar acompañados. Esta tendencia, en general ligada a estudiantes extranjeros o de otras provincias, hoy, como señalan los especialistas, está en aumento en la Capital entre jóvenes de entre 20 y 30 años que quieren independizarse, y que, por la situación económica y el alza de los valores de los alquileres, no pueden costear una renta por sí solos o que prefieren vivir en compañía.

"Me quería ir de mi casa, quería independizarme por diversas razones. Poco tiempo después de recibirme de músico profesional, en 2020, me mudé acá. Tenía trabajos esporádicos, cosas freelance que no me alcanzaban ni para pagar el alquiler. Pero una vez que terminé de estudiar, tuve la oportunidad de mudarme a esta casa y encima conseguí un trabajo fijo y gracias a eso pude hacerlo", comentó a LA NACIÓN Ance.

Valeria López administraba la propiedad cuando él decidió mudarse. Alquilaba el piso, usaba su habitación y subalquilaba los otros dos cuartos, todos con baño propio. En junio pasado, ella decidió irse del país y dejó la administración en Ance, que llamó a su amigo Nicholas y él, a su vez, convocó a Izquierdo para sumarse a la convivencia compartida.

"Nos juntamos los tres a tomar un té y acordamos vivir juntos", precisó Izquierdo, que trabaja como artista en producciones independientes. Y detalló: "Yo vivía sola en un monoambiente en el barrio de Palermo y me pareció muy difícil. Estaba trabajando, recién me independizaba de la casa de mis padres, y era un gasto muy grande. No quería seguir destinando el dinero en un monoambiente en el que no había mucha luz, sin balcón, y en donde el espacio era muy...

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