El niño más querido

SAN PABLO.- "Todas las personas mayores antes han sido niños, pero pocas de ellas lo recuerdan", escribió Antoine de Saint-Exupéry en la dedicatoria de su más famoso libro, El Principito. Fue justamente esa idea de rememorar la infancia -con los miedos a crecer y convertirse en adulto, a no ser entendido, a la soledad y a la muerte- que llevó al estadounidense Mark Osborne a aceptar el desafío de dirigir la primera versión cinematográfica animada de esta clásica y entrañable historia que se estrena el próximo jueves en la Argentina.

No fue fácil convencer a este realizador de 44 años, aplaudido por su trabajo en Kung Fu Panda (2008). Para él, El Principito era un libro demasiado valioso, adorado por niños y adultos de todo el mundo; tenía temor de dañarlo. Pero al final, se atrevió a usar su imaginación para encarar el relato de una manera diferente: construyó toda una historia nueva que sirve de marco a la obra original, la expande y la vuelve más contemporánea para los niños del siglo XXI.

"Quería proteger la historia de Saint-Exupéry, no hacer una simple adaptación sobre ella que hubiera resultado muy pobre. Pensando en por qué El Principito era tan importante para mí, fue que me di cuenta de que podía hacer la película sobre cómo el libro ha impactado y todavía influye en las vidas de tantas personas. Entonces logré que el libro fuera el corazón de la película y yo me encargué de darle el resto del cuerpo", contó a LA NACION durante una entrevista para promocionar el conmovedor film en un hotel de San Pablo.

Así, la protagonista de esta nueva versión de El Principito es La Niña, que vive en el competitivo mundo actual y es preparada por su madre para entrar en un prestigioso colegio que le dará las herramientas para convertirse en un buen adulto. Sin embargo, el rigor de los estudios son de repente interrumpidos por un anciano vecino, El Aviador, excéntrico y amable, que le presentará una visión totalmente distinta, extraordinaria y cautivante, de la realidad a través de los cuentos de sus aventuras con un pequeño príncipe que conoció mucho tiempo atrás en el desierto.

En su objetivo de mantener bien resguardado el material original, Osborne pensó la película como dos historias visualmente diferentes: la contemporánea narrada por personajes concebidos a través de animación computarizada, y la de El Principito,narrada mediante la técnica de stop motion basada en los dibujos con los que el propio Saint-Exupéry ilustró su libro. Todo...

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