Nicki Nicole: rimas, razones y secretos detrás del ascenso más vertiginoso

Nicki Nicole: de dónde salió y a dónde va la rosarina que en menos de dos años acaparó la atención de la industria musical

"Lo único que recuerdo que le gustara a mamá era Dread Mar-I", dice Nicki Nicole mientras se prepara en una habitación de un hotel de Pilar para hacer las fotos de su primera nota de tapa con Rolling Stone . Con la mirada fija en un ventanal que da al parque y rodeada del equipo que empieza a trabajar en su pelo y en el maquillaje, recuerda que 10 años atrás, Mariano Javier Castro era apenas la voz del despertador: "Tú sin mí", el potente hit del verano 2011 que hoy es la canción de rock nacional más escuchada en YouTube, con 572 millones de visualizaciones al cierre de esta edición, sonaba cada mañana en el teléfono celular de Liliana, su madre. Ese 10 de diciembre que Nicki posa para la cámara del fotógrafo Eugenio Mazzinghi en locaciones tan dispares como una calle de tierra, una cancha de tenis y una pileta, sus seguidores escuchan por primera vez "Verte" , un reggae luminoso y efectista listo para sonar en las playlists de verano y los parlantes Bluetooth clavados en la arena de las playas de la Costa Atlántica, con producción de Bizarrap y el featuring de Dread Mar-I . De despertarse todos los días escuchando "Tú sin mí" a compartir un estudio de grabación con él. "Fue lo primero que le dije cuando lo conocí", cuenta. "¡Yo odiaba tu canción porque me hacía ir a la escuela!".

Nicole Denise Cucco -su nombre real- estaba cursando la secundaria en una escuela nocturna de Rosario cuando, en abril de 2019, con un timbre de voz nasal, una bici, un bate de béisbol y una fogata se presentó desafiante y misteriosa en el video de "Wapo traketero", su primera canción. Rápido se ubicó como la nueva figura femenina del trap, una escena que en los últimos años se mantuvo en constante ebullición. Su irrupción generó algunas preguntas. Primero, qué significaba "traketero" -ella ya explicó en varias oportunidades que se trata de un dealer-, pero el gran interrogante era: ¿dónde había estado esta chica rosarina antes de lanzar ese hit, que ese año se ubicó en el puesto número 20 de las mejores canciones de Rolling Stone ?

A los meses del big bang, Nicki completó la primera temporada de su carrera con Recuerdos, su disco debut, y así continuaría un viaje frenético por estudios y escenarios que, en 2020, tenía programadas varias escalas, en las que iba a cosechar los frutos de aquel comienzo con millones de plays en las plataformas digitales.

Nicki Nicole en la tapa de la edición de enero de Rolling Stone

Para el inicio del año pasado, Nicki Nicole se sentía con más energía y más confianza que nunca. Estaba sumando horas de shows en vivo casi a la misma velocidad que crecían sus seguidores, actuó en la primera entrega de los Spotify Awards en Ciudad de México en marzo -ganó en las categorías Artistas Radar Trap y Mejor Artista en Consolas- y en el horizonte estaba Europa, para grabar con colegas de España y hacer unas fechas. Y de golpe, como le pasó a todo el mundo, su vida y sus planes se detuvieron con el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

"Entré en un bajón. Fue como que me arrancaron de mi vida y me dijeron ‘quedate en tu casa hasta no sé cuándo’. Fue un poco triste. No sabía qué hacer", dice ahora sobre esas primeras semanas en la casa de San Isidro en la que se instaló para hacer la cuarentena en Buenos Aires. Ese mood al que fue arrastrada por la incertidumbre le duró poco y con la misma velocidad con que se adaptó a las exigencias de una industria musical que puso expectativas altísimas sobre su voz, su arte y su imagen empezó a sacarle provecho a este parate, como si tuviera una chance más para seguir fortaleciendo los cimientos de su carrera incipiente. Lanzó "Colocao" y "Mala vida" con dos videos en los que selló su alianza con la directora Jess Praznik -a la que considera como una persona clave en su nueva vida- y fue parte de "Mamichula", otro de los hits de pandemia, con Trueno, su novio, y Bizarrap; estuvo nominada en los Grammy Latinos a Mejor Artista Nueva; cuando tuvo luz verde para volver a los estudios, grabó más de 30 temas con sus productores Mauro De Tommaso y Facu Yalve, más conocido como Evlay, entre la ciudad de Buenos Aires y una casa de Escobar; y en octubre viajó a Miami para grabar más tracks y sumar feats que en su próximo disco podrían ampliar el rango de alcance de su música, hasta ahora marcada por el tag TRAP que se ganó con esa aparición fulgurosa hace casi dos años. De alguna forma, en la cuarentena terminó de caer que estaba camino a convertirse en la estrella que alguna vez soñó ser y que necesitaba las herramientas que nunca había adquirido. "Me dije ‘en este tiempo que me están dando, voy a hacer todo para mejorar’. En cuanto a lo musical y en cuanto a lo personal, porque también a veces si no estás bien con vos mismo, por más que hagas 30 clases de canto... creo que eso también era importante: resolver lo de uno, lo propio, que a veces no hay tiempo para eso", dice Nicki. "A mí la pausa mundial me sirvió un montón".

Para octubre, con el regreso de los vuelos internacionales, Nicki Nicole se subió a un avión y se fue directo a Miami. Aún sin recitales, con ese viaje Nicki recuperó otra actividad que durante 2019 había empezado a ser muy común, pero que todavía sigue siendo una novedad para ella: antes del boom de "Wapo traketero", nunca se había subido a un avión, tampoco tenía pasaporte y, mucho menos, visa para entrar a Estados Unidos.

Esta vez, el contexto era otro: Estados Unidos llevaba a esa altura de la pandemia más de 200.000 muertes y los nuevos casos de contagiados variaban entre 40.000 y 60.000 por día. Pese a eso, en las calles de la ciudad la situación se vivía de otra manera. "Allá la gente puede hacer lo que quiera y le dan la responsabilidad a cada uno. Era, por un lado, libertad, pero también me cuidé mucho porque yo no quería quedarme 14 días más en Miami ni agarrarme Covid", dice Nicki.

Con su hermana Micaela, sus productores y su personal manager Matías Santoro, Nicki se instaló en una casa de la zona de Brickell. No eran los únicos argentinos en la ciudad con el plan de grabar nueva música: Duki y Bizarrap también viajaron a Miami para la misma época. En esta especie de cumbre de nuevas estrellas que marcan los charts y exportan música a toda la región como no se veía desde la época de Soda Stereo, no compartieron alojamiento, pero sí horas de estudio.

"Hice mucha música, que es a lo que fui", dice Nicki. "Verte", su primera fusión con el reggae, es uno de los temas que salió allá en Estados Unidos. "Mariano ya tenía las melodías preparadas y Bizarrap estaba muy enfocado. Lo hicimos en dos segundos", dice Nicki. Exagera, claro, pero no tanto. Es común que cada persona que haya visto cómo la cantante rosarina se comporta en el estudio diga que ella trabaja como si tuviera mucha experiencia, de manera expeditiva y tirando barras que salen de la improvisación. Cuando se bloquea, hace un break para ponerse auriculares, salir al aire libre y buscar inspiración en el ambiente. Al rato, vuelve a la carga.

El sonido veraniego de "Verte" es una de las cosas que fue a buscar Nicki en su viaje a Estados Unidos. "En Miami todo es más tropical. Lo que se pega, con letras no tan profundas", dice, "y eso a mí me re sirve porque yo hago lo contrario: letras que tengan un sentido, que tengan historia, y no soy tanto de hacer algo pegadizo. Entonces, me sirve mucho la vibra de Miami en ese sentido".

Aunque se siente más cómoda contenida por los productores de su equipo, Mauro De Tommaso y Evlay, no llevó ninguno de los 30 temas que había trabajado con ellos en los meses previos en Buenos Aires y decidió ir a comenzar otros desde cero. "Allá tienen otra manera de hacer música, otra manera de pensarla. Entonces dije: ‘Capaz si llevo algo y lo reciclo allá, me estoy perdiendo de hacer un temazo nuevo, ¿entendés?’", explica.

Además de una vibra soleada, Miami le aporta la capacidad de conectarse con los referentes del pop latino, el reggaetón y rap. Como Cazzu, que conectó rápido con los puertorriqueños Dalex, Sech, Lenny Tavárez y Feid para el remix de "Pa mí" y con Alex Rose para el remix de "Toda" y su carrera trascendió las fronteras argentinas, Nicki empezó un networking que no solo va a darle más presencia a su nombre en otros mercados: quizás sea por haberse formado musicalmente por fuera de la industria, tal vez por haber comprendido cómo se mueve el negocio más rápido que el resto de sus colegas o por puro atrevimiento, pero lo que ella tiene bien en claro es que no se quiere quedar girando solo alrededor del trap, el rap y el R&B.

No sabe si puede contar esto, pero igual lo cuenta. En Miami estuvo trabajando con Camilo, el cantante colombiano del éxito "Tutu" -con Pedro Capó- y que también fue autor de "Sin pijama" -el track de Becky G y Natty Natasha que en menos de dos años ya lleva casi 2.000 millones de reproducciones solo en YouTube-. "Me ayudó en algunas canciones que estuvimos haciendo con sus productores. Me decía: ‘Che, Nicki, esto está buenísimo’, ‘esto no tanto’. Son esos sonidos que a mí me atraen y que me gustan, y donde siento que con una persona como Camilo se puede armar algo mucho más piola, porque si yo estoy sola en un sonido que no es tan mío, es como que no te metés al 100 por ciento. A menos que haya una persona al lado que tenga el ritmo completo y lo pueda representar. Ahí es una fusión en la que te metés sí o sí", dice Nicki antes de empezar a hablar en tercera persona sobre el deseo que tiene de trabajar con artistas que estén más allá...

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