Nepotismo, otra señal de decadencia institucional

El significativo retroceso y decadencia institucional que sufre la Argentina bajo el kirchnerismo no sólo se mide por el incesante avasallamiento del Poder Ejecutivo al Legislativo y al Judicial y sus embates contra el periodismo independiente, sino también por el incremento en el nombramiento de familiares de las autoridades nacionales, provinciales y comunales en cargos públicos y al frente de las listas para los cargos electivos.

A menos que ciertos funcionarios posean un gen de la idoneidad para la función pública y también sus familiares, estamos ante un obvio aprovechamiento del Estado que, a cambio, recibe cada vez más funcionarios y empleados -por lo general poco o nada idóneos- que allí encuentran el pretexto para cobrar un sueldo. Pero otras veces, además del mero factor económico, pesa la necesidad de que alguien cercano y de absoluta confianza custodie los intereses políticos o de otro tipo de quien no puede seguir ejerciendo un cargo de importancia.

En todos los casos, es el Estado el que se resiente con la nefasta práctica del nepotismo, que degrada a un régimen republicano convirtiéndolo en la caricatura de una monarquía o de un régimen feudal.

Un ejemplo escandaloso es el del subsecretario de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Liuzzi, mano derecha del titular y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR