Negocios, poder y un mensaje a los gremios

Omar "Caballo" Suárez estaba hace unos días recluido en Monte Caseros, una ciudad correntina que limita con Uruguay y Brasil. Estaba aislado, aunque no desinformado. Desde allí ensayó una defensa a través de una carta de lectores a LA NACION en la que se defendió por las irregularidades que había detectado la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), el gremio al que tuvo en un puño desde 1992 hasta el 18 de febrero pasado.

Acorralado y sin la red de apoyo político, judicial y gremial que lo supo cobijar durante décadas, Suárez sabía que ahora podía caer en prisión. Sabía que se había quedado solo. Su caso divide aguas en la CGT, que estuvo lejos de ensayar una defensa corporativa como sucedió con otros sindicalistas detenidos.

Suárez intentó ir por un sexto período al frente del gremio "a pedido del papa Francisco". Así lo comunicó en 2014 al regresar del Vaticano, donde compartió encuentros con Guillermo Moreno, Eduardo Valdés y Diego Maradona.

Sin embargo, el deseo de ser jefe eterno no se cumplió por completo. El 18 de febrero último el juez federal Rodolfo Canicoba Corral dispuso la intervención del SOMU y procesó a la cúpula del gremio por bloquear los puertos, extorsionar a empresarios y por una serie de maniobras supuestamente ilícitas, como lavado de dinero.

A partir de la intervención, en el SOMU hubo revelaciones que muestran cierto desfase: el diputado kirchnerista Carlos Kunkel y su mujer utilizaban como propio un auto Passat y una camioneta Kuga 0 km comprados por el sindicato. Además, se gastaban $ 360.000 mensuales en el mantenimiento de la radio Papa Francisco, que es del gremio, pero cuyo alcance es casi nulo.

Detenido por haber entorpecido vías navegables y extorsionar a empresarios, ahora lo investigan también por fraude y por encabezar una asociación ilícita. Detrás de esta nueva acusación se distingue una maniobra para desviar fondos que incluye a los ex funcionarios kirchneristas Julio De Vido (ex ministro de Planificación Federal) y Exequiel Espinosa (ex titular de Enarsa). Por un convenio entre el ministerio que encabezaba De Vido, Enarsa e YPF, a partir de 2008 la Argentina comenzó a importar gas licuado. Sirvió de excusa perfecta para que Suárez les...

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