La necesidad de denunciar

SI la propia Justicia suele encontrar dificultades para avanzar en muchos casos de corrupción protagonizada por efectivos policiales, es comprensible que los simples ciudadanos que han sido testigos o víctimas de ese proceder delictivo teman realizar la correspondiente denuncia.No ha sido el caso de Tobías Schapire y Pedro Bollo, quienes el año pasado efectuaron sendas denuncias debido a que agentes de la Policía Federal les solicitaron coimas en la vía pública. Pero realizaron sus denuncias por medio de cartas que se publicaron en La Nacion y, a raíz de ello, el fiscal José María Campagnoli inició una investigación que, días atrás, llevó al procesamiento de dos efectivos de la Comisaría 35.Tras afirmar: "Lo que me sucedió hace que salga de la inacción y por lo menos escriba a este medio para que se sepa", Schapire sostuvo en su carta, publicada el 2 de junio del año pasado, que había tenido que pagar cien pesos a dos uniformados de la Policía Federal para evitar que le secuestraran el automóvil, a pesar de que contaba con toda la documentación en regla.El hecho ocurrió en el control vehicular de las avenidas Udaondo y Cantilo, cerca del estadio del club River Plate. Ese control, conocido como Puesto Labruna, depende de la Comisaría 35.A continuación, Schapire explicó que su primera reacción fue la de concurrir a efectuar la denuncia. "Pero ¿dónde, a su propia comisaría?", se preguntó.La lectura de su carta dio ánimo a Bollo, quien seis días después vio publicada la suya, en la que denunciaba que en dos oportunidades había tenido que enfrentar a los policías de ese puesto, quienes también le exigían el pago de...

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