Narcofútbol: capítulo II

Si me llama Vito Corleone, yo voy", dice el entrenador Francisco Pacho Maturana. Sus mejores jugadores, estrellas de los años dorados del fútbol colombiano, iban a Nápoles a jugar al fútbol con Pablo Escobar Gaviria. La Hacienda Nápoles, 3000 hectáreas entre Medellín y Bogotá, tenía también plaza de toros, parque de diversiones, teatro, seis piscinas, diez lagos artificiales. El narcotraficante, a quien la revista Forbes ubicaba entonces entre los diez hombres más ricos del mundo, hizo llegar en aviones y buques animales de todo el mundo. Elefantes, cisnes de cuello negro, dromedarios, búfalos, antílopes y hasta rinocerontes de Kenya. Escobar abrió la Hacienda para que los pobres del pueblo vieran gratis su zoológico particular. También les construyó canchas iluminadas en las barriadas populares de Medellín. Los excrementos de sus amados animales le servían para adobar por fuera los paquetes de cocaína y ahuyentar a los perros cazadores de los aeropuertos. Y las canchitas, para formar una gran red de sicarios, informantes y adictos. En ellas crecieron cracks como René Higuita y, tal vez, jóvenes como los que representarán al país en el Mundial Sub 20 que se jugará en Colombia a partir del 29 de julio. "El narcotráfico ?admite Maturana? es un pulpo, toca todo, y el fútbol no es una isla."Maturana habla en Los dos Escobares, uno de los mejores documentales deportivos de 2010. Habla como si fuera pasado. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lo desdice. "¡O cambiamos el fútbol o se nos acaba el fútbol!", clamó cincuenta días atrás. Su gobierno amenazó con echar del campeonato a los clubes que no demuestren estar limpios. A tan pocos meses del Mundial, avisan los clubes, la medida no sería bien vista por la FIFA. El nuevo escándalo saltó tras las denuncias de dineros narcos en el Independiente Santa Fe de Bogotá, el equipo que nació en el Gimnasio Moderno, la escuela que más presidentes graduó en la historia de Colombia. Sin salir campeón desde hace 35 años y con una deuda de 7 millones de dólares, el Santa Fe no preguntó el origen del dinero fresco que le sirvió para reforzarse e ilusionar a sus hinchas. El dinero era de Julio Alberto Lozano, capo de El Dorado, el cartel más poderoso del narcotráfico en Colombia. Lozano se entregó en noviembre a la justicia de los Estados Unidos. El ex presidente Álvaro Uribe ganó popularidad por derrotar a la guerrilla y terminar con algunos grandes capos. La tarea sucia corrió a cargo de la organización ilegal...

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