Nadal, un triunfo rodeado del afecto argentino

Para alguien que conquistó nueve Roland Garros, hazaña solo al alcance de Rafael Nadal, la incursión en un torneo ATP 250 podría representarle un recreo, un compromiso de relativa importancia. Pero el número 4 del mundo no piensa pasar por Buenos Aires con aires de distraído ni pretensiones turísticas. El torneo en el Lawn Tennis significa para Nadal una escala muy importante en una recuperación que tiene por objetivo final el polvo de ladrillo de París. Aquí viene a probar su condición deportiva y también las respuestas de un físico que en 2014 padeció lesiones en la espalda, una muñeca y una operación de apendicitis. La "máquina" todavía no está lo suficientemente engrasada, como se vio hace algo más de una semana en la derrota en medio de calambres frente a Fabio Fognini, en Río de Janeiro.

En una noche porteña con constante amenaza de lluvia, con tribunas cubiertas casi en un 90 por ciento por alrededor de 5000 espectadores, Nadal dio un primer paso tenístico. Y también recargó las baterías anímicas, un motor indispensable en todo atleta de alto rendimiento, gracias al afecto y la devoción del público argentino, que no lo veía de cerca en un partido oficial desde hacía 10 años, cuando tenía apenas 18 y Gastón Gaudio –ayer espectador desde la tribuna– lo eliminó en los cuartos de final.

"Es un honor y un placer jugar acá. Siento sensaciones bonitas de reencontrarme con amigos. En todos estos años que estuve sin venir, (Carlos) Moyá y Pico Mónaco me contaban lo que disfrutaban jugando acá. Estoy muy agradecido al público argentino, que me hace sentir muy bien siempre que vengo por aquí. Siento felicidad por el cariño que recibo. De cada visita a Buenos Aires me voy con las energías renovadas", dijo Nadal al pie de la court central, un par de minutos después de vencer en su debut a Facundo...