LA NACION en la base militar ucraniana de Yavoriv, atacada por los rusos: escombros, médicos y ambulancias

Médicos trasladan a un soldado herido en el ataque a la base militar de Yavoriv

YAVORIV.- A las tres de la tarde el cielo está despejado en en este poblado rural de unos 10.000 habitantes que queda al lado de lo que aquí llaman "el polígono" , la base de instrucción militar atacada esta madrugada desde el aire por Rusia . Un lugar también llamado International Peacekeeping and Security Center donde, es un secreto a voces, se adiestraban los miles de voluntarios llegados desde todo el mundo -Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, Holanda, España-, para combatir esta guerra junto a los ucranianos.

Es un domingo soleado, hace frío y ya no se ven esas columnas de humo negro que, a las seis de la mañana, junto a estruendos que hicieron temblar todo, -vidrios, puertas, ventanas-, despertaron a una población shockeada. Que dice haber visto una bola de fuego en el cielo, que no se esperaba que la guerra llegara hasta aquí y que teme nuevos ataques.

El "polígono", una base de adiestramiento de origen soviético, que todo el mundo sabe que en los últimos años fue utilizada para ejercitaciones llevadas a cabo por instructores de la OTAN y de Estados Unidos , es famosa por ser inmensa. "Al menos 30 kilómetros por 30 kilómetros, tanto es así que una parte realmente está a 10 kilómetros de la frontera con Polonia. Los que hacen el servicio militar suelen venir acá a hacer ejercitaciones, eso no es ningún secreto, como también todo el mundo sabe que en los últimos días hubo mucho movimiento allí", dice a LA NACION Vassil , que vive a tres kilómetros de allí y que, junto a su mujer Vassileva y su beba de 2 años, Elisabeta, esta mañana se pegó el susto de su vida. "Ahora la beba si escucha golpear una puerta se pone a llorar", dice.

Para llegar a Yavoriv hay que recorrer desde Lviv unos 50 kilómetros hacia el oeste, hacia la frontera con Polonia. Si no fuera por las decenas de check-points con barricadas de bolsas de arena y bloques de cemento, hombres armados, así como por el movimiento de camiones militares y ambulancias y de algunos convoyes de autos con chapa diplomática que, evidentemente, deciden irse de Lviv -lugar ya no más seguro-, el paisaje es casi idílico . Campiña, bosques que durante el verano son meta de buscadores de hongos, según cuentan, colinas donde saltan a la vista paneles solares, pueblitos ordenadísimos y pulcros de arquitectura austro-húngara con Iglesias con campanarios estilo cebolla plateados o dorados.

Frente al pequeño edificio...

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