Músicas para parar la oreja

El encuentro entre el folklore y el rock no es novedoso. Arco Iris y Los Jaivas habían fundado las bases con su psicodelia folk en los setenta. La idea cobró un renovado impulso en 2000 con la aparición del primer disco de Arbolito. Ese fue el puntapié para el desarrollo de una renovada escena folk rock que un año después se empezó a solidificar con la formación del grupo Semilla (su primer disco fue producido por Gustavo Santaolalla) y con el surgimiento de Doña María. "Ellos nos abrieron el camino, pero esto viene de hace mucho. Hay una relación larga entre el folklore y el rock. Incluso para mi punto de vista el rock nacional es folklore porque en el conurbano, de donde soy, no existen estas divisiones. Todo convive: el vecino polaco, el boliviano, la barra ricotera y los santiagueños. Hay una fusión natural de culturas" cuenta Federico Bardotti, uno de los solistas emergentes de esta movida de folklore que suena rocanrolero.El guitarrista de Ituzaingó, que este año lanzó su nueva producción, Ahora , es un buen ejemplo de estos sonidos de cruce. En su repertorio circulan las capas de distorsión con chayas riojanas, o el sonido colectivo de las anateadas con una matriz de rock local. "El sonido es bastante rockero y eléctrico. Mi idea es mestizar el folklore desde el lugar donde vivo. Creo que el folklore es una música que se formó del mestizaje y la comunión con un montón de culturas. En el disco quise reflejar que el folklore no es lo viejo y va hacia adelante", dice Federico Bardotti, que hoy, a las 21.30, presenta su disco en la Oreja Negra (Uriarte 1271) junto a otro emergente de la nueva escena, Nicolás Falcoff y la Insurgencia del Caracol...

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