Una multitud que incluyó políticos y murguistas despidió a Páez Vilaró

MONTEVIDEO.- http://www.lanacion.com.ar/1666842-murio-carlos-paez-vilarofue con la mezcla de dolor y alegría que el propio Carlos Páez Vilaró experimentó en su vida de sensaciones cruzadas. http://www.lanacion.com.ar/1667106-carlos-paez-vilaro-la-vida-como-arte-que-hizo-de-la-vida-un-arte, el placer de disfrutar cada momento y de agradecer la felicidad de cada amanecer, el empuje para levantarse de alguna caída y la caprichosa búsqueda permanente de tiempos de placer fueron destacados durante toda la jornada, como características de uno de los hombres más queridos del país.Eso se vio en el desfile de personalidades que no quisieron faltar en http://www.lanacion.com.ar/1667139-ultimo-adios-al-artista-uruguayo-carlos-paez-vilaro. El adiós fue con un homenaje de Estado, que contó con la presencia del presidente de la República, José Mujica; del vicepresidente Danilo Astori, y de los líderes de todos los partidos; por otra parte, con una fiesta callejera en los rincones de los barrios "negros".Todos los presidentes de la época democrática -Julio María Sanguinetti (1985-90 y 1995-2000), Luis Alberto Lacalle (1990-95), Jorge Batlle (2000-05), Tabaré Vázquez (2005-10) y Mujica (2010-15)- rindieron homenaje al artista que murió en la mañana del lunes y recibió sepelio ayer después del mediodía.En un día en que los uruguayos, a través de los medios de comunicación o en forma presencial, expresaron el dolor por su partida, conmovió la noticia de la internación de su hija, Agó Páez, también artista de 59 años, que sufrió una crisis cardíaca y fue internada en estado delicado. Agó es una de sus seis hijos.Páez Vilaró (1923-2004), con miles de obras realizadas y grandes murales, es el creador de ese emblema cultural y turístico de Punta del Este, Casapueblo, pero también ha sido el responsable de la capilla Multicultos de San Isidro, en la Argentina, y de Bengala, su casa-taller en Tigre.El velatorio había comenzado anteanoche en la sede de la gremial de autores y en la mañana de ayer el cortejo partió hacia un lugar muy especial. Frente al 1080 de la calle Cuareim esperaban los tamboriles herederos de la vieja comparsa Morenada, donde estaba el conventillo Medio Mundo. Fue ahí donde Carlos comenzó a pintar cuadros sobre los negros y sus costumbres.Sonaron fuerte las lonjas de los tamboriles, con la emoción del golpe preciso para cumplir la vieja rutina del "chas, chas, chas" y el cambio de ritmo del "borocotó". Un aplauso despidió el cortejo, luego de poner sobre el...

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