Mujeres que hacen red y arman proyectos en el sur del país

Colectivo de Diseño, integrado por una veintena de mujeres artistas y artesanas de Bariloche

Mujeres patagónicas. De distintas edades y procedencias, con diferentes formaciones, algunas nacidas y criadas en Río Negro o Neuquén, otras que adoptaron Bariloche o San Martín de los Andes como su propia tierra para echar raíces, montar sus emprendimientos, encontrar un nuevo rol o dar un significativo giro profesional a sus vidas. Se trata de emprendedoras enfocadas en gastronomía, paisajismo y diseño, algunas con proyectos personales, otras con propuestas de trabajo colectivo y con el sostenido propósito de tejer redes donde, a su vez, fortalecen vínculos y transmiten sus conocimientos a otras mujeres . Todas con la misma misión: conquistar espacios físicos y simbólicos y hacerlos cada vez más expansivos para dar a conocer sus saberes en cocina, botánica, diseño de indumentaria, objetos y accesorios, entre otros.

Cuando, a mediados de los años 30, la británica Renée Dickinson llegó a San Martín de los Andes , seguramente no imaginó que casi un siglo después la joven Ornella Aristizábal emularía -con creces- ese espíritu aventurero. Es que, así como Dickinson fue la fundadora de la emblemática casa de té Arrayán, Ornella se puso al frente de la recuperación integral de ese predio, una leyenda viva para toda la Patagonia. ¿Cómo llegó? La convocó su papá, que antes había gerenciado el cerro Chapelco, y ella, sin dudarlo, interrumpió sus estudios en diseño industrial y se puso al frente del proyecto. Esto pasó hace siete años, cuando procuraron restaurar la casa de madera diseñada nada menos que por un discípulo del arquitecto Alejandro Bustillo. ¿El objetivo? Devolverle la mística a este sitio mágico, que posee una de las vistas más privilegiadas del lago Lácar en el Parque Nacional Lanín.

Ornella Aristizábal recuperó la casa de té Arrayán

Tea lover ("amante del té") no en vano dice su presentación en Instagram. Es la propia Ornella quien prepara los blends que se sirven en el lugar. Olivia, Nelly y Angélica son algunos de los nombres que eligió en homenaje a la historia de este destino. "Hoy, cuando vienen a Arrayán, pueden volver a comer los mismos scons que comían hace 50 años", indica. Esos que están cocinados con el horno a leña original, donde producen otras delicias que conforman tanto el menú del típico afternoon tea como el del más aggiornado pícnic, que incluye ahumados regionales, quesos, pan artesanal de masa madre y cookies. ¿Qué la...

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