Las mujeres directoras, al frente

CANNES.- Acusado en no pocas oportunidades de "machista" por la escasa presencia de directoras en la competencia oficial, el director artístico del festival pareció contestarle a sus detractores con un inicio con mirada de mujer: la carrera por la Palma de Oro arrancó ayer con We Neet to Talk About Kevin , tercer largometraje de la escocesa Lynne Ramsay; y con Sleeping Beauty , ópera prima de la australiana Julia Leigh (además, la tercera película será Poliss , de la francesa Maïwen Le Besco). Pero, más allá de las saludables intenciones de los programadores, de la audacia y de los indudables valores de ambos largometrajes, el resultado artístico no fue del todo convincente.Ramsay -una de las realizadoras más cotizadas del nuevo cine británico luego de los elogios recibidos con Ratcatcher y Morvern Callar - presentó We Neet to Talk About Kevin , un durísimo film sobre una madre (Tilda Swinton) que sufre la furia de los habitantes de un pueblo de Connecticut por un hecho atroz que ha cometido su hijo mayor y que sólo se devela al final del relato. Con una estructura fragmentaria que salta en el tiempo para deconstruir la historia y describir la siempre conflictiva relación entre los padres (el marido es John C. Reilly) y ese niño (luego adolescente) tan disfuncional, Ramsay expone los efectos sociales de la alienación familiar. Basada en el best seller homónimo de Lionel Shriver y rodada con una cuidada fotografía en Cinemascope (pantalla ancha), la película resultó un tour-de-force para Swinton -que está y sufre en casi todos los planos- y lo es, también, para el espectador por lo extremo de la trama.ProvocativaTambién bastante provocativa fue Sleeping Beauty, debut en la dirección de la elogiada novelista Julia...

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