Mujeres, boleros y divanes

Melodías de diván / Libro y dirección: Gastón Marioni / Elenco: Ana Padilla, Graciela Pal, Roxana Randón Magalí Sánchez Alleno, Julia Zenko / Vestuario: Pablo Battaglia / Escenografía: Daniel Feijóo / Dirección musical: Hernán Matorra / Sala: Picadilly, Corrientes 1524 / Funciones: martes, a las 20,45 / Duración: 75 minutos.

Nuestra opinión: buena

Probablemente haya dos modos de mirar Melodías de diván que no son complementarios, sino casi contradictorios. Desde un punto de vista estrictamente estético se puede señalar como una puesta con cierto nivel de osadía en lo que hace al circuito en el que se inscribe. Es un espectáculo que se anima a jugar con los lenguajes artístico-técnicos de un modo no naturalista. Se atreve a que un mismo "espacio" represente más de uno sin necesidad de explicar el cambio. Un perchero en una pared oficia de centro vector de las espacialidades que reúnen un consultorio, una casa, un camarín y, en algún momento, un escenario. También se permite realizar saltos en el tiempo e interrumpir la trama para darle paso a bellos e intensos momentos musicales, fundamentalmente a cargo de Julia Zenko y Graciela Pal. Y a su vez, para poetizar aun más la situación, esos recitales obedecen a excusas diferentes: Pal representa a una cantante en crisis, Zenko a una analista. No está dicho por qué Zenko canta con la profesionalidad con la que lo hace, y eso le suma a la propuesta en su capacidad de juego y de ruptura de las convenciones.

El otro modo de mirar y pensar Melodías de diván es desde lo argumental. Y es allí donde encuentra sus puntos más débiles, en lo estrictamente dramatúrgico. La trama juega demasiado al límite de lo "casual" pero, extrañamente, lo hace con solemnidad y dramatismo. Una analista que descubre que su madre no...