Muchas luces en pocos arbolitos

Podría afirmarse que la que comenzará mañana será una loca e imprevisible temporada de la NBA. Rara, sorprendente y llena de matices novedosos. Por lo pronto, debido al lockout decretado por los dueños de las franquicias a fines de junio y lo muy tortuosas que resultaron las negociaciones por el nuevo convenio laboral con los jugadores, esta serie regular se compondrá, por primera vez en la historia, de 66 partidos y se jugará en sólo 122 días (hasta el 26 de abril), con un promedio de 3,9 cotejos por equipo en cada semana. Una verdadera maratón. Desgastante, aniquiladora.En 1999 se había disputado una temporada corta también, pero fue de 50 encuentros; en los demás años, siempre constó de 82 juegos entre noviembre y principios de abril. Situación extraña que seguramente favorecerá a los planteles con mayor juventud, a los que ya tengan un juego colectivo mejor afianzado o a los que cuenten con mayor calidad en los relevos. Fácil es suponer que a los equipos experimentados, con mucha carga de edad en sus figuras, les resultará más complicado recuperarse noche tras noche. Los Spurs de Manu Ginóbili (34 años) y Tim Duncan (35) son el ejemplo más concreto, aunque a favor tienen la identidad con un estilo de juego que no les llevará tiempo encontrar y poner en práctica. Todos los equipos jugarán, por lo menos, dos veces tres partidos en noches consecutivas. Agotador, sin dudas. San Antonio, además, afrontará en cinco oportunidades cuatro cotejos en cinco días.Sin embargo, la seguidilla de encuentros no es el único foco destacado de la miniserie regular que aprovechará los festejos de Navidad para arrancar con cinco choques atrayentes: New York vs. Boston, Dallas vs. Miami, Chicago vs. los Lakers; Oklahoma vs. Orlando y Golden State vs. los Clippers. La conjunción de estrellas en los equipos de los mercados más poderosos (ciudades más pobladas) continuó acentuándose, pese a los esfuerzos de los directivos por tratar de que cada franquicia conservara sus...