Un montaje perfecto para ocultar el ajuste

Una presidenta que acaba de ser operada y cientos de simpatizantes rezan por su salud; encuestas que muestran a un gobierno con el 70% de valoración positiva; un vicepresidente que sólo cumplirá un papel decorativo y el jefe del gobierno porteño opositor al que se lo presenta como el único culpable de un aumento en la tarifa de subtes. Todas las piezas encajan perfectamente en la Argentina de 2012, que, sigilosamente, avanza con un plan de ajuste sin que se adviertan sobresaltos."¿Hacia falta a un día de la operacion a la Presi sacar un DNU q agrede salarios d trabajadores estatales! Kien kiere instalar la confusion?" (sic), se preguntó el jefe del gremio de judiciales, el kirchnerista Julio Piumato, en su cuenta de Twitter, al conocer el decreto por el que se revisarán 300.000 salarios de estatales que perciben pagos adicionales.La respuesta nadie se la acercó a Piumato, pero ya fue diagramada desde la Casa Rosada antes de que Cristina Kirchner ingresara en el quirófano: el esquema de ajuste en las provincias y en el Estado nacional se activará ahora aprovechando la elevada popularidad de la Presidenta. "Si no avanzamos ya con el recorte de gastos después quizá sea tarde", se sinceró ante La Nacion un destacado ministro.La sangría ya comenzó en ocho provincias con planes de "emergencia económica", ajustes fiscales y reformas jubilatorias. Ahora se extendió a la Nación. Se reducirá el régimen de jubilaciones especiales de la Justicia, por decreto recortarán pagos adicionales, hay paralización de la obra pública; se prevé una revisión minuciosa de los contratados y el ciudadano común se llevará más sorpresas al abrir las facturas de servicios públicos.El ajuste comenzó a...

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