Mitos de la ciudad: habitaciones como criptas, muertes y otros misterios que invaden la Casa de la Palmera

La Casa de la Palmera, en Riobamba 144

Fue la última en irse y se llevó la verdad a su tumba, lo cierto es que su ausencia en la misa, un domingo por la mañana, alertó al sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Balvanera. El cura tuvo que forzar la puerta de la casona para saber sobre el destino de Elisa Galcerán , quien apareció tirada en el piso del subsuelo, el último rincón de la casa en el que vivió hasta su muerte en 1992.

Como sucede con todas las leyendas urbanas, a partir de un hecho real se teje una historia llena de matices que termina de construirse desde el imaginario popular. Es el caso de los hechos que acontecieron en esta casona de estilo ecléctico, en Riobamba 144 , donde, actualmente, funciona el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx.

Se dice que la uruguaya Catalina Espinosa compró la casa para ella y sus hijos allá por 1930, luego de la muerte de su marido, el doctor Galcerán. Este se había hecho conocido socialmente durante la epidemia de fiebre amarilla, y, de acuerdo a lo investigado por el historiador Leonel Contreras, figura en el listado de médicos que prestaron servicio en ese momento. "Aparece como Gaicerán, sin su nombre de pila y como médico no recibido, en el libro de Leandro Ruiz Moreno, La peste histórica de 1871 ", señala. Si bien algunos relatos mencionan que murió durante la epidemia, lo cierto es que esto resulta imposible ya que no se correspondería con la fecha de nacimiento de sus descendientes.

"A comienzos de la década del 30, Catalina, ya viuda, compró una casa grande para ella y sus seis hijos , una vivienda de tres plantas que reúne algo del academicismo francés como la mansarda de pizarra en el último piso, suma detalles en estilo Tudor, pero responde mayormente a un estilo arquitectónico ecléctico", explica el historiador y afirma que este tipo de viviendas unifamiliares eran comunes entre las personas de clase alta de la época.

Según Guillermo Barrantes, escritor y autor de Buenos Aires es leyenda , en esta historia-mito, hay una parte que se puede corroborar y otra que pertenece a la leyenda. El relato afirma que Catalina fue madre de Elisa y de otros cinco varones, su única hija era una persona muy devota, concurría a misa todos los domingos, se había recibido de taquígrafa y trabajaba en el Congreso. "Sin embargo, sus hermanos eran libertinos, les gustaba la fiesta, y si bien estudiaron y se recibieron, lo único que hacían era despilfarrar la herencia de su padre ", explica.

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