La ópera, sin límites

Semanas atrás un entusiasta habitué de la ópera plasmaba en una carta de lectores de este diario su disconformidad con la última puesta lírica del Teatro Colón. La ópera era Un ballo in maschera , de Verdi, y el régisseur Alex Ollé, muy conocido por ser uno de los directores de La Fura dels Baus. El espectador escribió: "Una obra del siglo XIX, que habla de la traición por amor al rey, es destrozada, con una pretendida puesta modernista, la cual puede resultar para una sala alternativa, pero bajo ningún punto de vista para un teatro que es orgullo no sólo de la Argentina sino del mundo".¿Las puestas modernistas deben estar vedadas en la sala del Colón o sólo las que "destrozan" las óperas? Más allá de lo que un teatro lírico debe o no subir a escena habrá que preguntarse primero cómo es la ópera en el comienzo del siglo XXI. ¿En las representaciones de los títulos del siglo XIX, las versiones deben ser sólo con trajes y escenografías que remitan a esa época? ¿O pueden estar representadas con elementos modernos? Si es posible con los clásicos de Shakespeare, ¿por qué no con las óperas de Verdi, Puccini o Wagner?Una lectora fue más allá con otra carta: "Concurrí para ver y escuchar la ópera Un ballo in maschera . Realmente, Verdi estuvo sólo en el techo del teatro donde figuran los nombres de los compositores". Y un par de días después otro lector alimentó la polémica: "Las demandas más usuales del público tradicional de ópera en la Argentina son que se mantenga la fidelidad estética al siglo XIX y se evite la reflexión sobre la actualidad. Me cuesta entender que, financiado con el presupuesto de Cultura (que sale de impuestos), exijamos al Teatro Colón que nos monte entretenimientos decimonónicos de «amor y lujo»".El crecimiento exponencial de la música escénica tiene en la comedia musical y en la ópera dos excelentes ejemplos. Y en ese crecimiento se cuela la polémica. Porque ni Un ballo in maschera , ni la versión Colón-Ring de la tetralogía wagneriana, que se estrenó en 2012, son casos aislados que levantaron polvareda. Allá por 1987 la versión de este cuarteto de óperas de Wagner que montó Nikolaus Lehnhoff (sonó a cargo de la Orquesta de la Ópera de Baviera) fue, para muchos, un verdadero escándalo. Lo contrario pasó una década después. La versión que presentó La Fura dels Baus dejó a más de uno con la boca abierta.La ópera no vive un tiempo de actitudes iconoclastas, pero está abierta a la amplitud de criterios, tanto para las versiones como...

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