Una misma coyuntura, dos estilos de gobernar

Pocas horas después de que asumiera, el 11 de marzo pasado, la presidencia de Chile, su flamante canciller, Heraldo Muñoz, comentó tajante en una reunión privada a sus pares de la región: "Chile dejará de dar la espalda a América latina y volverá a abrazar a la región".La visita de Bachelet a la Argentina as relaciones bilaterales. Con esto Chile busca convertirse en un puente entre el Mercosur y Asia.aprovechó la presencia de su par chilena para hacer un frente común en su trato zigzagueante con Estados Unidos. No sólo cuestionó los diagnósticos de Washington sobre el avance de las drogas en la región, sino que calificó de "ineficaces" las políticas norteamericanas antinarcóticos.Bachelet no pretendía avanzar tanto en su cruzada americanista. Quizá por ello se amparó en la Unasur para coincidir con Cristina Kirchner en la idea de buscar soluciones comunes en ese bloque regional ante el avance del narcotráfico en la región. Evitó así la confrontación con Washington.¿Acaso el relanzamiento de la relación de la Argentina y Chile obligará a Bachelet a enemistarse con Washington? Nada de eso. La diplomacia chilena asegura que los vínculos con Estados Unidos no se aletargarán por más diálogo que se entable con los vecinos. "Hay una política de Estado que Chile tiene con Washington y no la abandonará", dicen en Santiago.Es cierto que la relación de frialdad que tuvieron Cristina Kirchner y Sebastián Piñera le costó muy cara a Chile: el congelamiento de los proyectos de conectividad física, los acuerdos mineros estancados, las trabas a las importaciones de...

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