Miniatura, pero igual de mamarracho

La Argentina seguirá sin un campeonato lógico ni razonable. Si consagrarse en los torneos cortos de 19 fechas era el premio a una racha, el paso exprés por este certamen será como un suspiro futbolístico. El campeón habrá disputado 14 partidos en su grupo, los dos clásicos interzonales y la final. Sí, 17 estaciones hacia la corona. El certamen con más participantes del mundo para una competencia miniatura. Un campeón que no se cruzará nunca con la mitad de los adversarios. Síntesis del absurdo.

Puro maquillaje. La metamorfosis llevará del torneo anual a un certamen en poco más de tres meses. Los que parten apremiados por el promedio deberán sumar rápidamente para evitar el único descenso; Patronato y Atlético Tucumán no tendrán más que 16 fechas para aclimatarse. En esta invención se mantienen las injusticias: seguirá sin haber equivalencias en la discusión por los seis puntos entre Boca y River, o Racing-Independiente y los renovados clásicos de laboratorio, como Tigre vs. Sarmiento o Belgrano vs. Atlético Tucumán. O Arsenal vs. Defensa. En la búsqueda del mismo caudal de puntos, la distorsión competitiva es indisimulable.

Algunos recorrerán más kilómetros que otros. Algunos tendrán la...