Milito y Bauza, en busca de un estilo

La ocasión que le tocó a Gabriel Milito para empezar su trabajo en Estudiantes era arriesgada, pero vista de otra forma no debía implicar para él un costo muy grande. Si en Ecuador no lograba el paso de rueda en la Libertadores habría sido bastante irracional cargarle alguna cuenta a su incipiente gestión, aunque de irracionalidades el fútbol conoce mucho.

Al perfil de un entrenador van dándole forma el tiempo y las experiencias. Al Simeone de la actualidad costaría asimilarlo con el que entre 2009 y 2010 no logró imponerle una forma de juego clara a San Lorenzo; si hoy algo puede decirse de su increíble Atlético de Madrid, pasa por ese rasgo. En el caso de Milito, aunque su estilo está por descubrirse, lo que se le conoció como jugador pareciera "no encajar" con la escuela que identifica al club que confió en él. La tradición, con todo lo que tiene de ambiguo abarcar cosas tan diversas en el tiempo, colocó a Independiente y Estudiantes en posiciones opuestas. Los años trabajaron en el licuado de aquellas ideologías; la "doctrina" que demostró ser más apta para la supervivencia es la de los buenos resultados. Sin embargo, aunque más no sea desde una posición de resistencia, en la labor de un entrenador siempre habrá espacio para otra búsqueda. Es el atributo de formador, el que permite dejar una huella. A Milito se le presenta ese doble desafío que encierra el trabajo de un DT. Mentores no le faltaron: tuvo alguno envidiable, como Pep Guardiola, su guía durante tres años en Barcelona.

En otro sentido, para un colega suyo con un largo recorrido detrás...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR