Quito, militarizada y con interrogantes que no desaparecen

QUITO.- En cada esquina del casco histórico de esta ciudad, los militares procuran que la calma que recuperó Ecuador tras la inesperada sublevación policial del jueves pasado sea duradera. Esa, por ahora, es la prioridad del presidente Rafael Correa, que ayer, con una renovada confianza, dijo que fue víctima de un "plan de desestabilización" para sacarlo del gobierno y que los insurrectos "quisieron asesinarlo"."Ojalá que a nadie le queden dudas", insistió el mandatario. Pero en esta ciudad lo que sobran son dudas.Correa afirma que el malestar policial fue utilizado para desestabilizar a su gobierno, y que los sublevados lo mantuvieron secuestrado durante nueve horas en el hospital policial. Otros creen que no existió tal secuestro y que la revuelta del jueves fue una simple demanda gremial inflamada por las provocaciones del mandatario, que aprovechó la situación para denunciar un golpe de Estado que nunca existió.En un país en el que los medios están polarizados entre un dócil oficialismo y una férrea oposición, resulta difícil saber a quién creerle.Correa dio ayer la versión oficial de los hechos. Lo hizo desde el Salón Amarillo de la casa de gobierno, el Palacio Carondelet, repleto de ministros, militantes y medios de comunicación, entre ellos, LA NACION."Han sido días muy tristes, seguramente la semana más triste de todo mi gobierno y una de las más tristes de toda mi vida", dijo Correa, en una alocución que fue transmitida por cadena nacional en su habitual espacio televisivo Enlace ciudadano , versión ecuatoriana del Aló presidente venezolano."Estoy destrozado. Se podría decir que lo del jueves fue una gran victoria política para el gobierno y [que] fracasaron los planes desestabilizadores. El pueblo salió a las calles, fue un apoyo popular inmenso. Pero se perdieron vidas humanas", continuó el mandatario, que pidió un minuto de silencio por los "cuatro muertos", pese a que los principales medios han confirmado ocho.Correa volvió a apuntarle al ex presidente Lucio Gutiérrez, quien, en su opinión, "creó el caldo de cultivo para sublevar a la tropa"."[Los policías] fueron utilizados para crear el caos, para tratar de lograr una guerra civil, desestabilizar al gobierno, cuando no lo lograron pues quisieron atentar contra la vida del presidente", insistió Correa, que aseguró tener pruebas de este intento de magnicidio."Hay interceptaciones de radio que tenemos que dicen: «Maten a Correa, maten al presidente»", señaló el mandatario, y agregó que el...

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