Los militares se despegan de la jugada del oficial que reveló datos

Como una "jugada personal, sectorial y de dudoso beneficio" perciben en las Fuerzas Armadas la estrategia del ex mayor Ernesto Barreiro, que en el juicio al que es sometido en Córdoba reveló una lista de 25 desaparecidos y el lugar donde estarían enterrados.

No hay, así, un acuerdo más amplio para ofrecer información a la Justicia, a cambio de alivianar las penas que podrían recibir los militares detenidos por delitos de lesa humanidad. Así lo pudo advertir LA NACION al recoger testimonios de oficiales retirados, muchos de los cuales enfrentan procesos similares al ex mayor carapintada, que pasa sus días en el penal cordobés de Bouwer.

"La estrategia nació en Córdoba y es compartida seguramente por los militares que están detenidos con Barreiro, pero no fue consensuada ni representa a todos", dijo un alto oficial retirado, que prefiere que se mantenga la postura del silencio, para evitar autoincriminaciones.

"Puede haber casos aislados, pero no contará con seguidores", estimó una fuente castrense, en referencia a la estrategia de Barreiro.

"Sería distinto si fuera como en Sudáfrica, donde un amplio acuerdo político permitió a todos los sectores aportar datos para conocer la verdad, sin consecuencias penales", señaló un ex jefe militar.

De los 1927 oficiales y suboficiales enjuiciados desde 2003, cuando se reactivaron los juicios tras la nulidad de las leyes de punto final y de obediencia debida, hay 1119 procesados, de los cuales 356 están presos en cárceles comunes. A ellos se suman los 533 condenados y 277 fallecidos, explicó el coronel retirado Guillermo Viola, de la Unión de Promociones, que actualiza los registros cada semana.

Ante la posibilidad de que la declaración de Barreiro pueda derivar en otros beneficios, como la mejora de las condiciones de detención, Viola estimó que ello deberá ser resuelto por el juez, y recordó que en la actualidad "más de 230 militares presos tienen más de 80 años".

Otra fuente castrense puso en duda el impacto que tendría la posible reducción de una prisión perpetua a una pena de 25 años. "Barreiro tiene 67 años y eso lo llevaría a permanecer en la cárcel hasta casi los 90, no sería mucha variación", estimó.

Distintos oficiales admiten, sin embargo, que la jugada de Barreiro es hábil por dos motivos.

Al presentar al tribunal una lista de 25 víctimas, se cuidó muy bien de seleccionar casos anteriores a su llegada a La Perla, en cuyas desapariciones el ex carapintada no estaría directamente involucrado.

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