Milei y Kicillof, el duelo pendiente

Fecha de publicación10 Abril 2024
A la luz de la historia, la mala relación del presidente libertario con el gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires merecería ser vista como una amenaza a la estabilidad institucional. Sin embargo, nadie parece muy afligido hoy por ese antagonismo, dramatizado en los públicos reproches que día por medio intercambian Javier Milei y Axel Kicillof. Y no sólo porque para preocuparse sobren problemas. Problemas y antagonismos Ni siquiera es exacto decir que Milei tiene relaciones difíciles con el gobernador de la provincia más importante del país. En verdad las tiene, en grado diverso, con todos los gobernadores, ninguno de los cuales, como se sabe, pertenece a su partido. Aun así, o precisamente por ello, el Presidente busca subordinarlos. La pulseada por el reparto del ajuste se complementa con la exigencia de que los legisladores que responden a los gobernadores aprueben las leyes que el Poder Ejecutivo no consigue sacar del Congreso La provincia de Buenos Aires es la que más diputados aporta a la cámara, pero Milei, desde luego, no espera que Kicillof le dé una gran mano. Más allá de las expresiones específicas de resistencia al ajuste, el peronismo, aseguran estudiosos de sus pulsaciones, se encuentra en estado de hibernación. El general, evocan, hablaba de "desensillar hasta que aclare". Pero otros diagnostican mero desconcierto frente al fenómeno Milei. Y están también los que al peronismo lo ven agazapado, un comportamiento táctico sujeto a resultados y oportunidades. ¿Dónde encaja el primer economista de la era moderna que gobierna la provincia de Buenos Aires, a quien ahora le toca convivir durante cuatro años con el primer economista que gobierna el país, colega de su misma generación (Milei es apenas once meses mayor que Kicillof), situado en sus antípodas ideológicas, partidarias, culturales y personales" Sus allegados dicen que Kicillof no quiere enredarse en confrontaciones cuerpo a cuerpo porque ese juego le conviene a Milei, aunque si es por confrontar, Milei refresca a diario su nómina de antagonistas, que no parece mermar. Pero a la vez el gobernador busca resplandecer en el firmamento peronista justo cuando la provincia se autopercibe como la más castigada del país por la coparticipación, víctima de impiadosos recortes de transferencias discrecionales. Es proverbial: el peronismo no se especializa en gobernar sin plata porque se le complica la sincronización de hechos y relato Milei, en lo que parece ser un acto de...

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