Microfinanzas: la agenda de un sector que busca su espacio

Emprender una actividad económica para llevar ingresos al hogar; hacer obras en la vivienda; lograr un ahorro y tener cobertura ante determinadas necesidades que pueden aparecer imprevistamente. Los objetivos a los que tienden quienes trabajan en el sector de las microfinanzas llevan, en última instancia, a promover mejoras en la calidad de vida de la población socialmente más vulnerable.

En la Argentina hay una cartera activa de estos pequeños créditos de algo más de $2450 millones, al menos según el resultado de un mapeo (con datos al 31 de marzo) hecho por la Comisión Nacional de Coordinación del Programa de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social (Conami) -del Ministerio de Desarrollo Social- y la Red Argentina de Instituciones de Microcrédito (Radim), un grupo de entidades del sector nacido en 2004.

El relevamiento -que incluye a la banca comercial que se sumó a este segmento del mundo de los créditos- permitió detectar 62 instituciones (89%, entidades sin fines de lucro y 11%, sociedades anónimas), y 88.238 créditos activos, un número muy por debajo del de tomadores potenciales de préstamos, según estimaciones realizadas en trabajos previos.

Entre los principales temas en la agenda sectorial figuran desde los problemas que trae una coyuntura con alta inflación y vaivenes en la economía y las cuestiones regulatorias, hasta la necesidad de promover el ahorro, la formalización y, sobre todo, la educación financiera para el uso eficiente del dinero.

"Con un 52% de la población adulta de la Argentina no bancarizada (el porcentaje de personas con cuenta bancaria es mayor, pero muchas no las usan más que para presentarse el día de cobro a retirar todo en efectivo), es muy escaso el apoyo que ha recibido el sector de las entidades microfinancieras", sostiene Denise Ferreyra, presidenta de Radim y directora general de Pro Mujer Argentina, una institución que tiene 28 años de historia en América Latina.

Según agrega, la situación mejoró con este gobierno en comparación con el anterior, pero en la legislación persisten falencias que traban el desarrollo de la actividad. Por ejemplo, señala, la ley 26.117, de fomento al microcrédito, "no contempla el amplio abanico de soluciones y servicios del mundo de las microfinanzas y, principalmente, no contempla el ahorro, que es tanto o más importante que el crédito, en el caso de la población atendida, para poder salir de la situación de pobreza".

Con respecto a las fuentes de...

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