Metrópolis

De potrero a tierra de ladridos

Recorridas

Todo era distinto. No existían las escuelas Lenguas Vivas y Adolfo Van Gelderen ni la de fútbol de Claudio Marangoni. Tampoco estaban la parroquia Nuestra Señora de Loreto ni, a 200 metros, el Alto Palermo. Aquello era sólo un terreno polvoriento, con pocos árboles; con piedras y vidrios incrustados en un piso irregular, donde se jugaba al fútbol, en especial los fines de semana. "A las 5 en la Penitenciaría", era la consigna al salir del colegio. Es que ahí hubo una cárcel, demolida en 1962.

Un día todo cambió. Desapareció el potrero. Y el parque Las Heras, entre la avenida homónima, Salguero, Juncal y Coronel Díaz, sufrió una profunda metamorfosis. Lugar de mateadas, guitarreadas, solárium, caminatas, patinaje, calesita, arenero, un miniplayón para el voleibol. Pulmón de un valor ambiental incalculable.

Hoy se camina tipo cross country: los obstáculos por esquivar son los desechos. Cada día, entre las 9 y las 11.30, llegan decenas de paseadores, cada uno con no menos de 10 perros. Triste es ver a los canes atados en los árboles durante hora, hora y media, haciendo catarsis. Otros se tiran sobre el piso. Algunos caminan hermanados, sujetos por sus correas. Un paseo relativo. Lo que no es relativo es la descarga fisiológica.

En los tiempos de fútbol de potrero, todo estaba a la luz: la tierra, los pozos, los vidrios, Hoy, en el parque Las Heras, asoman los ladridos matutinos y la habilidad para sortear obstáculos a toda hora.

Por Claudio Cerviño

Un desnivel que fue reparado

El jueves pasado, desde esta columna se advertía sobre la existencia de un peligroso desnivel en el asfalto sobre la avenida Juan B. Justo a la altura de la estación Segurola del Metrobus, en el barrio de Vélez Sarsfield. El mismo día, el Ente de Mantenimiento Urbano Integral del gobierno...