Messi fue un niño futbolista

Barcelona habría perdido a Messi si la FIFA hubiera intervenido a principios de siglo, cuando Leo se incorporó con 13 años a la Masía? El interrogante surge porque la semana anterior, la FIFA sancionó al club catalán por irregularidades en la inscripción de 10 jugadores menores de 16 años de nacionalidad extranjera. Dicho sin eufemismos, lo encontró culpable de tráfico de menores, con todo lo que implica de desprestigio para uno de los centros de formación de juveniles más afamado del mundo. Un Harvard futbolístico para todo niño que sueña con graduarse como jugador.El caso se presta al debate porque confronta lo legal con el sentido común, a la norma con el espíritu. De alguna manera, Barcelona admitió que infringió el artículo 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores porque ya les había retirado la licencia para competencias oficiales a esos juveniles. Estaba advertido, pero también se sintió omnipotente. Barcelona actuó fuera del marco jurídico, pero no lo hizo para hacinar niños o para someterlos a un régimen de explotación. Esos chicos son beneficiarios de una preparación integral, que además de lo futbolístico incluye cuidados médicos y educación. La Masía pregona una filosofía de juego que va asociada a valores humanos y pautas de conducta. Se forman futbolistas y también personas. Y para muestra están varios de sus egresados: Puyol, Messi, Xavi, Iniesta, Pique, Valdés, Pedro.¿Toda esa estructura modélica justifica someter al desarraigo a un niño coreano, a un camerunés, a un guineano, todos menores de 16 años y contratados fuera de la normativa? La cuestión tiene un trasfondo social y ético sobre el...

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