Mesa argentina: la dieta empeora y se comen más productos elaborados

Como lo vienen indicando diversas investigaciones, la mesa de los argentinos está cambiando. Y no precisamente para bien. Un nuevo trabajo revela que se ahondan las deficiencias de nutrientes esenciales y crece el consumo de otros que no son beneficiosos. Todo, en un contexto de marcada monotonía alimentaria.

Según datos relevados por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares y analizados por el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), el escenario es francamente desolador: descendió el consumo de lácteos y pan, pero ascendió el de arroz, galletitas dulces, amasados de panadería y bebidas azucaradas.

"En los últimos 20 años hubo modificaciones en la estructura de los alimentos más que en los nutrientes -reflexiona Esteban Carmuega, director del Cesni y coautor del estudio La mesa argentina en las últimas dos décadas. Cambios en el patrón de consumo de alimentos y nutrientes, que firma junto con María Elisa Zapata y Alicia Rovirosa-. No es cierto que se coman más calorías, pero sí que ingerimos más azúcar y especialmente provista por gaseosas y bebidas. Esto ocurre particularmente en los grupos más pobres de la sociedad. Es un hecho consistente con el aumento del sobrepeso y la obesidad que se observa en esos estratos. El contexto es bajo en nutrientes críticos y alto en riqueza calórica."

Llevó dos años traducir la información disponible, reconocer los patrones de consumo de los diferentes grupos sociales y analizar los nutrientes que llegan a cada mesa. "Es el primer análisis de esta naturaleza que se realiza en la Argentina -subraya Carmuega-. Tanto por su representatividad nacional como por su rigor metodológico, esta investigación contribuye a conocer con mayor profundidad cómo es la estructura de la alimentación de los hogares acorde con cada quintil de ingreso, y cómo ha cambiado el consumo de alimentos y bebidas en los últimos 17 años en cada segmento de la sociedad."

Los datos, públicos, corresponden a todo el país. Son registros de la compra semanal de las familias, reunidos por el Indec. "A partir de esa información calculamos cuánto come un adulto y luego convertimos los alimentos en nutrientes", explica Zapata.

Los hallazgos más relevantes reflejan variaciones en la dieta que responden a estilos de vida:

Según los especialistas, si se compara la mesa local con lo sugerido por el sistema sanitario se advierte que ésta es pobre en variedad: "Menos de 10 alimentos aportan la mitad de las calorías diarias (panes...

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