Mentiras piadosas: las madres dicen que el regalo les gusta, pero la mitad lo cambia

"¡Mami! ¿Te gusta? ¿Te gusta?", preguntaban Camila y José, de siete y cuatro años, el Día de la Madre del año pasado. "Es divino. ¡Me en-can-ta!", decía Mariana Miño. Se probó la blusa y no dejó de sonreír, mientras pensaba en cuándo tendría un hueco en la semana para ir a ese local en el shopping y cambiar el regalo.¿Madres mentirosas? No son casos aislados. Comprar el regalo para su día es una misión compleja. Según un estudio que hizo la Universidad Abierta Interamericana (UAI) para LA NACION, el 96% de las madres dicen que les gustan los regalos que reciben, sobre todo si llega de las manos de sus hijos. Sin embargo, el 47% los cambia. Las más jóvenes -hasta los 35 años-, incluso, confiesan que prefieren elegir su regalo, antes que recibir uno sorpresa. En los últimos años, la tendencia hizo que el cambio de los presentes esté más naturalizado. De hecho, lo primero que muchos le dicen al agasajado al entregar el paquete es: "Por cualquier cosa, adentro está el ticket de cambio".Según los datos de la encuesta, seis de cada diez entrevistados argumentan que el motivo es que no es de su talle, mientras que cuatro de cada diez admiten que es porque no le gustó."Buscamos la certidumbre. El ticket de cambio es un elemento sofisticado que busca satisfacer esa necesidad de certidumbre. Comprar un regalo genera incertidumbre. Frente a la situación de gastar una importante suma de dinero, ¿cómo saber si le va a gustar realmente, si le quedará bien, si lo usará? Si siento certeza, estoy más cómodo, no siento ambigüedad. Por eso, actúa como un factor de tranquilidad", señala Federico Fros Campelo, investigador de los procesos cerebrales de los consumidores y autor de Mapas emocionales y El genio que llevamos dentro (ambos de Ediciones B). Para el experto, el ticket de cambio es una herramienta de marketing para bajar la ansiedad y para que los consumidores, a la hora de comprar, estén dispuestos a gastar un poco más. Quizá por eso, la mayoría de los autores de esos regalos dice que no está decepcionado al enterarse de que la madre en cuestión decidió cambiar el obsequio que le habían hecho. Apenas el 15% se siente de ese modo. El 86% dijo que no le importa.Melina Stefanich es madre de Manuel, de cuatro años, y de Nicolás, de ocho meses, y aunque sean los pequeños los que hoy le darán el regalo, el que elige qué comprar es su marido. "En general, y para evitar un mal paso, hay una charla previa donde trato de orientarlo. Qué necesito y qué no me...

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