Un mensaje a tres bandas que encuentra su límite

El genial director Alberto Ure solía enseñar una técnica del teatro inglés que obliga al actor a conversar con tres interlocutores al mismo tiempo sobre distintos temas. El enredo produce, por sí mismo, chispazos de humor. Ure hacía notar que Alberto Olmedo lograba ese prodigio sin saberlo, cuando bromeaba con Javier Portales, Silvia Pérez y Miseria Espantosa en el sketch de Álvarez y Borges.Cristina Kirchner está exhibiendo la misma habilidad. Sólo que, en su caso, el chiste nunca llega. Su posición frente a la deuda desconcierta a los mercados, que se entusiasman con la promesa de pagar y, al rato, se retraen Esa ciclotimia no se justifica porque el Gobierno sea zigzagueante. Lo que sucede es otra cosa: la Presidenta se ha propuesto satisfacer con un mismo discurso a tres audiencias diferentes.Uno de los destinatarios de la retórica oficial es la propia clientela. La que viene "bancando este proyecto nacional y popular". El kirchnerismo ha confiado, más que otras corrientes, en que los conflictos condensan identidades colectivas. Desde la frustrada segunda vuelta de 2003, en la que Néstor Kirchner era lo "no Menem", jugó un ballottage imaginario con la dictadura, con el campo, con el Fondo, con Clarín, con las "corporaciones". un renglón principal de ese inventario de enemigos con los que no se podía transigir.Patria o buitresUn negocio para ambas partes: los holdouts acumularían intereses en un juzgado y el Gobierno cobraría la polarización en el campo electoral. Esa demonización de los holdouts no suponía que se les ganaría el pleito en lo de Thomas Griesa. La hipótesis de Cristina Kirchner fue que si el juicio se perdía, sería después de su mandato. Es decir, quien reconocería los derechos de esas aves de rapiña sería el mismo que se encargaría de devaluar, de ajustar las tarifas, de subir la tasa de interés, de reprimir los salarios o de blanquear la inflación. Pero también en relación con esta deuda Cristina fue víctima del tiempo. El populismo se inventó para disfrutar del poder en períodos más breves.Mientras promete a su feligresía que seguirá siendo obstinada, la Presidenta también tiene que salvar otro aspecto de su administración. Porque, además de no haber cedido ante los "buitres", el kirchnerismo fue el adalid del "desendeudamiento" con "la quita más grande de la historia". ¿Por qué renunciar a ese mérito y reintroducir al país en las cavernas del año 2001?Cristina Kirchner se dirige también a quienes esperan cobrar sus bonos el 30 de...

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