Un mensaje de la madre Alba para Cristina

Entre las virtudes de la madre Alba, célebre superiora del acaudalado monasterio de General Rodríguez, está cocinar unos ravioles exquisitos. Se los servía a Rubén Di Monte desde los tiempos de Avellaneda, cuando el obispo era auxiliar de Antonio Quarracino. Di Monte se encargó en esos años de reparar la catedral. "Los de Alba eran los ravioles más caros de la historia", afirma un militar memorioso, refiriéndose al costo de las obras. Eran los palotes de los sobreprecios de Luján.

Pero Alba tendría otra condición que reforzaba su poder sobre Di Monte. Al parecer, habla con la Virgen. Gracias a esa destreza, el obispo terminó de ganarse el corazón del kirchnerismo. Fue en 2011. Di Monte visitó a...

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