En medio de las tormentas, luces de sensatez

Elecciones de medio término en Estados Unidos

Cuando partidos históricos se derrumban, opciones de centro buscan un autor como personajes pirandellianos, las segundas vueltas enfrentan minorías de las dos puntas y llenan el panorama líderes populistas que lo mismo asaltan al Congreso norteamericano o amenazan con desconocer la elección brasileña, aparece, desde el fondo de la sociedad, un sereno mensaje de calma: una sensatez ciudadana, una prudencia cívica, aquella "moderación" que Montesquieu consideraba el único ámbito en que la libertad se encontraba.

Vamos por partes. Acaba de ocurrir en los Estados Unidos una peligrosísima elección de medio término. Peligrosísima siempre para los gobiernos, que normalmente pierden la mayoría con la que habían llegado al poder. El periodismo, las encuestas, los politólogos consideraban inminente una avalancha de la derecha republicana, encabezada por Trump. Al final resultó que el gobierno mantuvo la mayoría demócrata en el Senado y si la perdió en la Cámara de Diputados, fue por muy pocos votos. Festejaron los que perdieron y casi lloran lo que "ganaron", como le ocurrió al propio Trump, montado ya en un corcel blanco pronto para llevarlo hasta la luz resplandeciente del éxito.

El microclima de redes, periodistas y encuestas no arrastró a todo el mundo .

Si nos vamos a Brasil, se repite el panorama. Se esperaba una avalancha de la izquierda , ya desde la primera vuelta. Las encuestas le daban a Lula una ventaja que iba desde el 6% hasta el 16%. Ante una sorpresa generalizada, Bolsonaro obtuvo una votación mucho mayor, quedó a solo 5% de distancia y así se llegó a segunda vuelta. En esta la mayoría de Lula fue de 59,90% contra 49,13%, mientras que 14 gobernaciones (entre ellas, San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais) se decantan para el costado derecho. En el Parlamento, a su vez, la bancada mayoritaria es la del Partido Liberal de Bolsonaro y el gran " centrão " volverá a ser, como ya es tradición, el fiel de la balanza.

El anunciado aluvión de izquierda no ocurrió , pese a que no recordamos un candidato que hiciera más disparates para perder que el actual presidente de Brasil. Desde la negación de la pandemia hasta groseros desplantes machistas, no faltó nada, ni la constante amenaza de enfrentar un presunto fraude que se suponía se gestaba en las sombras.

Ganó Lula pero no el PT, que obtuvo una veintena de diputados menos que el bolsonarismo ; no arrasó la izquierda, que obtuvo muchas menos...

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