? El mayor desafío de Milei será contener a quienes lo votarán pero no lo quieren

"Debemos estudiar con mayor profundidad el caso, pero si las cosas tienen la gravedad que se están señalando, me parece que estamos frente a un acto institucional grave y complicado", dijo Javier Milei respecto al escándalo que salió a la luz este martes luego de que se conocieran chats que vinculan al diputado del oficialismo Rodolfo Tailhade con el agente de inteligencia inorgánico, Ariel Zanchetta, principal sospechoso de una megacausa por espionaje ilegal a jueces, políticos y periodistas.

Este es uno de los puntos flojos que tiene el candidato libertario, ni él ni nadie de su espacio se refieren enérgicamente, ni lo han hecho en otras ocasiones, respecto del uso de los servicios de inteligencia de parte del kirchnerismo como herramienta ilegal de apriete y como usina de información . Milei aclara que el caso "merece ser estudiado con mayor profundidad" y deja lugar a la duda al decir "si las cosas tienen la gravedad que se está señalando…" como si la sola existencia de los chats, un agente de inteligencia detenido, un diputado del oficialismo involucrado y con todos los antecedentes que tiene el tema en cuestión no alcanzaran para repudiar con firmeza y comprometerse públicamente con el tema. Solo después de enterarse que se encontraba en la lista de los "espiados" se presentó en la justicia y pidió ser reconocido como particular damnificado en el expediente. Reacción tardía, distinta a la que tuvieron los diputados del interbloque de Juntos por el Cambio, algunos de ellos radicales, como Mario Negri y de la CC, como Juan Manuel López, claramente sin ningún vínculo con el kirchnerismo, pero declarados neutrales en el próximo balotaje, que con sus posturas públicas le dieron una mano al candidato de La Libertad Avanza, ya que cargaron con dureza contra el oficialismo, que incluye desde todos los ángulos posibles a su candidato Sergio Massa. Y lo hicieron sin especular en que Milei llevó adelante su campaña atacando y criticando más a ellos que al mismo kirchnerismo.

Reconocer que la "casta" tiene sus bemoles, que no son todos iguales y no revisten a la misma trayectoria ni comparten los métodos impúdicos de hacer política parece ser una materia que Milei aún no aprobó. Tampoco tienen, Milei y los suyos, una historia de lucha contra la corrupción kirchnerista. No hay antecedentes sobre investigaciones ni denuncias judiciales y tampoco mediáticas al respecto en sus filas, como sí lo hicieron dirigentes opositores, en especial Elisa Carrió...

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