Máximo Kirchner, con mayor poder

Estacionó su camioneta Honda CRV gris plata a 15 metros del local de La Cámpora, sobre la calle San Lorenzo, en el barrio Belgrano. Dentro, un grupo de militantes aguardaba los pasos por seguir después de los incidentes en la Legislatura santacruceña, el día anterior, cuando fracasó la sesión para aprobar un paquete de ajuste fiscal. Con Máximo Kirchner a la cabeza, ese viernes 30 de diciembre al atardecer, se diseñó una estrategia de ruptura con el gobernador Daniel Peralta: ordenó que sus referentes abandonaran la administración y aprobó un duro comunicado titulado, sin sutilezas, "Hacerse cargo".Su protagonismo en la cumbre fue inusual. Líder de la organización juvenil y consejero de su madre, Máximo no suele ir a encuentros partidarios y jamás dio un discurso en público. Reside en Río Gallegos, pero se instala en Olivos en momentos de definiciones relevantes -como el cierre de listas o el armado del nuevo gabinete- y para acompañar a la Presidenta en situaciones delicadas.En los días previos a la internación de su madre, ocupó una silla en cenas realizadas en Olivos junto con los funcionarios más allegados, según reconstruyó LA NACION de fuentes oficiales. Dio su opinión sobre asuntos de gestión y ofició de enlace con el Gabinete durante el postoperatorio de Cristina Kirchner. Nadie en la Casa Rosada se atreve a cuestionar un pedido cuando se realiza en representación de La Cámpora.Máximo se resiste a la exposición y delegó la conducción en una mesa colegiada de seis miembros, encabezada por el diputado Andrés Larroque. No hay decisiones importantes que se tomen sin consultarlo y ejerce, como lo hacía Néstor Kirchner, un diálogo radial con los integrantes de la jefatura. Cada uno tiene función y peso en la estructura. Por debajo, la agrupación se torna más anárquica.Larroque sobrevuela todas las jurisdicciones, anclado desde su territorio, la Capital, al que suele denominar "la vidriera del país". Sobre él recae la coordinación de las movilizaciones.Como primer y único invitado del reinicio del ciclo de TV oficialista 6,7,8 el martes pasado, Larroque rechazó la "construcción mediática" en torno a la figura del hijo presidencial. "Ahora dicen que Máximo es paranoico", ironizó. También deslizó, mientras los panelistas analizaban el interinato de Amado Boudou, una afirmación sugerente: "Una muy buena que decían [los medios] es que iba a perder poder La Cámpora. ¿Qué tiene que ver?". Es, en rigor, cierto: cada movimiento audaz que despliega ese grupo...

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