Maxi Rodríguez: 'Hacer un buen Mundial significa llegar a la final'

Tiene la mente en Newell's, el corazón apuntando a Brasil 2014 y las convicciones de siempre. Casi con 33 años (los celebrará el 2 de enero), Maximiliano Rodríguez vive una justificada segunda juventud futbolística. Los desafíos le llueven a borbotones y, con seguridad, son más de los que soñó cuando, tras diez temporadas en Europa, decidió pegar la vuelta para ponerse la casaca que más quiere, esa que no negocia por nada ni ante nadie. Con su club y con el seleccionado argentino tendrá la cabeza y el físico bastante ocupados como para siquiera distraerse un momento.De todos modos, llega distendido y sonriente al local que Adidas posee en San Isidro, donde la firma lo premió con el Botín de Oro al mejor jugador de 2013. Unas horas antes, se había aferrado al Olimpia de Plata en su disciplina. Los logros personales se suceden y son -apenas- el prolegómeno de meses ajetreados, lo que no quita una fugaz mirada al pasado inmediato y con ello, el lamento por cómo se le escapó el torneo Inicial a su equipo en la última fecha. "Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, pero al final, un bajón físico nos privó de ganarlo. Así es el fútbol, sabíamos que podía pasar. Nos quedamos con bronca. Igual, para Newell's el balance del año es positivo. Tengamos en cuenta que hace un año estábamos peleando el descenso y ganamos un campeonato", puntualiza.A Maxi le gusta anteponer lo colectivo a lo individual. "Fuimos el mejor equipo del torneo -refiere sin dudar-, pero hubo partidos como contra Godoy Cruz en los que la pelota no quiso entrar. Tal vez nos faltó un poco de suerte. Está en cada uno hacer su balance. Vélez y Lanús harán los suyos. San Lorenzo ya es el campeón y no queda mucho que podamos hablar". Descarta, de antemano, cualquier bajón de la moral grupal después de perder el clásico ante Rosario Central, que marcó el comienzo de la nefasta racha de siete cotejos sin victorias. "No hubo nada de eso. Cuando por delante sigue latente la posibilidad de levantar una copa, no existen excusas que tengan que ver con el factor anímico". Y vislumbra un rápido desquite: "Sé que el año que viene va a ser movido. Me esperan partidos por el campeonato, la Copa Libertadores, la Copa Argentina, amistosos con el seleccionado y también el Mundial, si es que quedo en la lista de los 23 elegidos por el entrenador. La ansiedad por ponerme la casaca de Newell's siempre es muy grande. De hecho, si no jugara acá, me vería obligado a irme afuera otra vez. En la Argentina jamás voy a...

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