Mauricio vs. Macri, segunda parte

-Hola, cómo va. ¿Sorprendido con el llamado? Quería preguntarte qué te pareció el discurso. Siguiendo con esa teoría absurda que tiraste de que tengo una doble personalidad, el bueno y Macri el malo, a ver, decime: ¿cuál de los dos habló en el Congreso?

-Los dos, señor Presidente. Los dos. Otra vez fue un duelo tremendo. Mauricio hablo más, mucho más, pero a su otro yo, Macri, le alcanzaron unas pocas frases para dejar su impronta. No me pida que le diga quién ganó. Tuvieron sus momentos, y además un discurso es un discurso. A la gente le interesa más los hechos que las palabras. Por suerte. Si no, todavía estaríamos bajo el reinado de la multinacional Kirchner Company. Fíjese que usted es más bien discreto frente al micrófono, y con una campaña en la que no dijo muchas cosas, ni muy brillantes, logró un triunfo histórico. Para que se entienda: lo importante no es cuál de los dos ganó en el Congreso, sino cuál va a ganar en la Casa Rosada.

Perdón, señor, ¿me sigue escuchando?

-Sigo -balbuceó, no muy convencido, uno de los dos. No lo pude identificar.

-Con su permiso, quisiera ponerle algunos ejemplos. Mauricio hizo muy bien en volver a ubicar la lucha contra la pobreza como el norte de su gobierno. Excelente, porque todavía andamos por el Sur. Yo les tengo fe, pero hoy, con todo respeto se lo digo, más que "pobreza cero" deberíamos hablar de "en pobreza, cero". Me gustó también cuando se refirió a la independencia de la Justicia (en ese tramo los del bloque del Frente para la Victoria del Golpe pidieron traducción simultánea), a la necesidad de "revolucionar la educación" (no dejaría de contar con el apoyo de Baradel, que, ahora se supo, es preceptor, función indispensable en cualquier organización escolar), a la transparencia de las estadísticas (divinas las caritas que ponía Kicillof, tan poco familiarizado con esa costumbre neoliberal y estigmatizante de tener datos certeros), al respeto a todos los que piensan distinto (volvieron a necesitar traducción simultánea), a la normalización del sector energético después de "una década de despilfarro y corrupción" (De Vido pidió ir al baño) y al fin del aislamiento internacional (concepto algo exagerado, porque nos veníamos llevando bárbaro con Venezuela e Irán). Mauricio también acertó al elogiar el trabajo "colaborativo y responsable" del Congreso el año pasado. Palmas para Máximo, que, una lástima, no estaba.

Señor, la verdad es que todo venía bastante bien, incluido ese comprensible y...

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