Mauricio Macri, con seguridad reforzada en campaña

CORRIENTES.- El hombre de boina inclina el termo que tiene bajo el brazo y el agua cae con precisión sobre la yerba. Ceba mientras ve llegar a dos granaderos a la escuela en la que trabajó toda su vida. "Ahí viene... seguro", dice, mientras mira esa coreografía ceremonial al ritmo de un chamamé que brota de dos parlantes. Ocho chicos sostienen banderas de la Argentina, mientras el resto de la comunidad escolar se ubica en las sillas plásticas que invaden la esquina. A pedido de la seguridad oficial, todos están quietos cuando llega el Presidente. Controlar por dónde se mueve Mauricio Macri se volvió un objetivo prioritario en su raid por Corrientes. El sol le da batalla al frío en esta ciudad donde todos detectan el paso de la "cápsula" presidencial que lo traslada.En la previa de las elecciones, la Casa Rosada organiza en la provincia gobernada por el radical Gustavo Valdés una agenda intensa: cena con el gobernador, visita a obras de infraestructura, dos "mano a mano" con vecinos y acto partidario.También la visita a la escuela General San Martín, que coincidió con el aniversario por los 150 años de su existencia. Todo ocurre en tres horas frenéticas.Los maestros y celadores de la escuela sospechaban que el Presidente haría una visita. Pero hasta horas antes no lo sabían con certeza. El rector no se lo quiso confirmar porque los operativos se organizan con alta reserva por la Casa Rosada.Para resguardar la seguridad presidencial, pero también para evitar episodios como el que se dio recientemente en la ciudad de Córdoba, donde escracharon e insultaron a Macri ("han vaciado el país", lo espetó un seguidor del kirchnerismo) en la entrada de un restaurante. Tampoco fue la primera vez; Macri sufrió varios episodios similares.Parece difícil que se repita una embestida de ese tipo por el estricto operativo de seguridad que acompaña al Presidente en sus viajes, y que en la recorrida correntina queda en evidencia. Cuando Macri llega a la escuela, dos efectivos con uniforme camuflado vigilaban desde el balcón de un pequeño edificio a pocos metros del lugar. Parecen francotiradores.Además de sus custodios, la Casa Militar bloquea los perímetros que circundan los lugares que visita el jefe de Estado; allí también trabajan la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), además de los efectivos provinciales. Una verdadera unidad integrada.A escasas cuadras del acto oficial, la rutina en la capital correntina parece seguir...

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