Matando lectores a garrotazos

"Bueno, ahora parece que a los redactores los buscan sin la primaria terminada". "Sr periodista, sería mejor que antes de escribir aprenda a leer". "Los planes descansar llegaron al diario". "Pe Lo Tu Do". Cuando hace poco más de 10 años, los lectores empezaron a opinar sobre las noticias publicadas, muchos colegas lo interpretaron como una afrenta a su buen nombre. El ego es una roca durísima y, afrontémoslo, la comunidad periodística no suele caracterizarse por asumir fácilmente sus debilidades o aceptar una posición cada vez más trivial en el mundo.

En LA NACION hay unos 3 millones de comentarios mensuales de todo tipo. Los foristas que forman esta red social donde interactúan entre sí, se manifiestan de manera hostil, sincera, desbordada, graciosa, ingeniosa, enriquecedora, pero sobre todo con buena puntería: aciertan siempre entre los dos ojos del autor de la nota. ¿Sabrán ellos qué opinan estos "artesanos de la tinta" sobre sus comentarios? ¿Les importará? ¿Pensarán alguna vez en cómo repercute su camorra verbal?

Bueno, vamos a contar una intimidad, en estos años me crucé con cinco conductas estereotípicas de los cronistas, columnistas y editores frente a los comentaristas. No quisiera caer en generalizaciones, aunque considero un acto de soberbia creer que uno no entra en las generalizaciones. Por eso, me tomaré la libertad de universalizar estos cinco grupos con características singulares. El primero es el que no lee los comentarios de los lectores, el segundo, el que no los tolera y los evita, pero los lee; el tercero, el que sufre horrores con cada crítica, el cuarto es el que dice que no los lee, aunque los mira y se angustia en secreto; y el quinto es el que disfruta casi de manera masoquista las opiniones más intolerantes. Tiendo a pensar que cada conducta posee raíces profundas en el humus narcisista del ser humano, aunque sería muy elemental creer que aquellos periodistas a quienes les afectan las agresiones son unos ególatras. Vamos: ¿a cuántos les gustaría que duden de su honestidad o capacidad laboral y ser blanco diario de bullying? Un dato curioso de la industria es que cuanto más comentarios posea una nota, más exitosa resulta. Claro, muchas veces no se repara en el hecho de que el artículo obtuvo notoriedad porque despertó a una horda de trolls ensañados con el autor o porque el artículo es muy pavote o porque hay un error en el texto (muy habitual).

Los que no leen los comentarios quizá son los más felices de la...

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