Massa, 'el Pelle' y una oda con la que se apropian de los bienes públicos y agreden la pluralidad

Sergio Massa cerró su campaña en el colegio Pellegrini, ubicado en la calle Marcelo T. de Alvear al 1800, en Barrio Norte

Anestesiados por la violencia de las palabras de campaña y habituados a las mentiras como insumo para generar miedo, la sociedad argentina pasó por alto uno de los actos de mayor inmoralidad electoral de los últimos tiempos: Sergio Massa y su "perokirchnerismo renovador" cerraron la campaña en el Colegio Carlos Pellegrini.

La gravedad de la puesta en escena refracta varias aristas repudiables, tantas que es difícil elegir cuál de todas las barreras que se cruzaron con el último movimiento para ganar votos del ministro y candidato merece ser tratada primero. Sin embargo, vale la pena empezar por la apropiación de los bienes públicos para un acto proselitista. Claro que siempre los oficialismos utilizan las estructuras del Estado para su provecho , pero justamente una institución educativa, ícono de la pluralidad, ya tiene otro color.

Sin embargo, a poco de analizar los pasos de Massa por "el Pelle" , como se lo conoce, cada vez hay más olor a tragedia. Sucede que, si bien en un secundario hay votantes, pues también hay menores de edad. Quizá Massa, un celoso del "por sí o por no", no recuerde que a la educación media se ingresa entre los 12 y 13 años . Distraído con las corridas para que la inflación no llegue al 150% , es posible que nadie le haya advertido que no se trata de una universidad ni tampoco de un lugar donde se va en forma optativa, sino que es obligatorio ir a clases. En ese momento, en el que armó el cotillón electoral, cursaba en un turno de los tres que conviven en la institución educativa que depende de la Universidad de Buenos Aires.

Ni él ni sus asesores repararon en el detalle de que en esas aulas de las que se apropiaron para un acto electoral podría haber alumnos que no comulguen con sus ideas. O con las formas: usar el patio del colegio para el cierre de una campaña . Y aunque todos, absolutamente todos los alumnos, enorme mayoría de menores de edad, fueran votantes del "perokirchnerismo renovador" , tampoco podrían cometer semejante destrato a la pluralidad.

Sin dudas, es el caso más extremo del uso de bienes y recursos del Estado en beneficio propio. "Es paradójico, porque bajo la bandera de una supuesta defensa de lo público, una facción se apropia del Estado, hoy para hacer campaña, mañana para otra cosa", escribió Luciano Roman en LA NACION .

Pero hay más. Más allá del sentimiento partidario...

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