Massa coquetea con China, mientras el FMI se hace desear

George Washington y Sergio Massa

"Acá se está trabajando como si lo del Fondo Monetario Internacional (FMI) no fuera a salir", admitió un funcionario. En el corto plazo es de esperar que, tanto desde el Banco Central (BCRA), como desde la Comisión Nacional de Valores, (CNV) sigan saliendo medidas para endurecer el cepo. No pasa tanto por los cuestionamientos de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, que ayer llamó a "dejar de lado" el programa del FMI, sino por las propias tribulaciones internas dentro del organismo de crédito, que está teniendo dificultades para encontrar una fórmula para acompañar al país sin por ello interferir en el resultado electoral.

"Hace algunos días -confió una fuente diplomática- en un encuentro virtual con representantes de los países accionistas del Fondo, el staff presentó los escenarios para la Argentina. Pero no logró plantear soluciones". Entre algunos accionistas del Fondo gana terreno la idea de que la ayuda al país vaya siendo escalonada, no de una sola vez como deseaba el Gobierno. La idea es que a medida que se vayan sucediendo las revisiones del acuerdo -del cual ya se han transgredido todas las metas-, se vayan realizando adelantos de fondos. El organismo tampoco quiere que la Argentina use todo el dinero para intervenir en el mercado cambiario, y no tiene garantías de que con todos los fondos disponibles, el Gobierno sólo vuelque al mercado cambiario la porción acordada. Al final de cuentas, ante una corrida cambiaria, no hay compromiso que valga. Quedó en evidencia ya en tiempos de Luis Caputo al frente del BCRA. En plena corrida, Caputo no dudó en usar el dinero del FMI, aun cuando eso le terminó por costar el puesto.

Massa no apuesta a un default con el FMI. Las palabras de la vicepresidenta, que una vez más, ayer, amenazó con una cesación de pagos ante el organismo multilateral, le suman en la negociación.

El Gobierno, reconocen las fuentes, tiene un activo no menor a su favor, y es la vocación de los Estados Unidos, accionista mayoritario del Fondo, el único con poder de veto dentro del directorio, de ayudar al país. Con varios frentes abiertos de extrema complejidad en el mundo -la puja geopolítica y comercial con China, la guerra en Ucrania, la crisis humanitaria en América Central y Venezuela-, Estados Unidos no desea que en la Argentina se desencadene otro foco de conflicto. Menos aun, a tan poco tiempo de una elección. El Departamento de Estado, además, no debe ignorar las columnas que...

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