Martirio: 'Mi personaje aglutina rock, vanguardia, underground y tradición'

Su disco Coplas de madrugá cambió la forma de escuchar el género de la copla española. Su personaje misterioso, almodovariano y kitsch, escondido detrás de gafas negras y peineta, despertaron el interés sobre joyas de las abuelas como "Ojos verdes", encandilando a las nuevas generaciones. Desde su aparición, el nombre de Martirio estuvo ligado a la vanguardia de la copla con discos como Mucho corazón (Grammy Latino al Mejor álbum flamenco 2002), "Primavera en NY" (un exquisito ejercicio de jazz latino y boleros con fibra flamenca producido por Fernando Trueba) y "Estoy mala", que acompañó en sus inicios aquel despertar de la escena del nuevo flamenco con Kiko Veneno y Pata Negra a la cabeza."Martirio nació de una manera esotérica. Yo estaba en un grupo folk llamado Jarcha y conocí a Kiko y Pata Negra. Cuando empecé a trabajar con ellos, se abrió camino sólo un personaje que aglutinaba rock, vanguardia, underground y tradición. Ahí aparecía esta dualidad hermosa que me permite expresarme como quiero, llevando las riendas de mi carrera, con la libertad de no tener una cuota de mercado. Yo hago lo que quiero hacer y lo que siento. Esa dualidad, que está por cumplir 30 años, me permite ser yo misma desarrollando toda una parte creativa, fantasiosa y lúdica. Soy un poco actriz de la canción", dice en su regreso a Buenos Aires.Maribel Quiñones está sentada sin sus gafas y poco tiene que ver con esa tía maruja sofisticada llamada Martirio. Lleva la tranquilidad de una persona que hace los proyectos artísticos que su corazón le dicta. Con esa libertad con la que incursionó en las coplas por el rock y el jazz, o en el cancionero iberoamericano, ahora entra a la médula del repertorio que inmortalizó la gran Chavela Vargas llevándolo al territorio del flamenco en su nuevo proyecto De un mundo raro (cantes por Chavela), junto con el guitarrista Raúl Rodríguez. "En este disco, sobre todo, hay amor", comenta con sencillez la cantante, que actuará esta noche en el Teatro Sha. "Chavela me llamó para cantar en los dos últimos conciertos que dio -recuerda Martirio-. Cuando llegamos a la casa, nos pusimos a llorar como niños. Todo a su alrededor estaba imbuido de poesía. Esa cercanía me quitó todo tipo de prurito cuando pensé en hacerle este homenaje, porque vi cómo le gustaba que nosotros reinterpretáramos sus...

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