Martínez, retrato de un Vélez ambicioso

"Uno va para adelante. Siempre que recibo la pelota, encaro y busco el arco". El rendimiento del autor de esta descripción personal venía dando material para el asombro desde que apareció en la primera división del conjunto de Liniers. Pero se puede decir que en este campeonato, y a los 24 años, está a un paso de recibir el título de jugador más desequilibrante del fútbol argentino.Juan Manuel Martínez no queda mal parado en los rubros que el fútbol les reserva a sus proyecciones: en la geografía del área y sus alrededores muestra categoría, valentía, más una frialdad que quisieran muchos otros que se consideran avezados en el oficio del goleador; en el terreno de las presiones, su motivación y personalidad le permiten asumir a su manera, y con sus tiempos, las responsabilidades, y en el espacio creativo sus arranques siempre despiertan la admiración de propios y de extraños."Mi mayor virtud es asistir, aunque meter un gol no se compara con ninguna asistencia. Ojalá pueda algún día tener una chance en la selección", relata quien ayer, por primera vez en el campeonato argentino, se despachó con tres tantos. Martínez tuvo la virtud de hacer fácil lo difícil y, como si fuera poco, en velocidad y hacia adelante, algo poco habitual en el fútbol de nuestros días. De ser goleador, sin desconocer otras facetas del juego; de ser vistoso, sin dejar de ser efectivo. Una postal de un Vélez ambicioso.Todavía se escucha el "Burriiiitoooo..." en el estadio de Vélez. Que Silva, que uno, que el otro, que Cristaldo... Con una lluvia de goles -impropia para este fútbol argentino tan parejo-, el conjunto de Ricardo Gareca le envió un mensaje a Estudiantes, el líder. Tanta fue la contundencia de Vélez que por un momento hizo olvidar la semana de mensajes cruzados que salieron a la luz por la relación entre el cuerpo técnico y los jugadores. Tanto fue el esfuerzo y lucimiento que entregó esta formación consolidada que invitó a sus hinchas pensar que la hazaña es posible, pese a estar a cinco puntos de la cima.A los buenos equipos también se los distingue por saber salir con facilidad de un traspié, por encontrar rápidamente la luz donde se había instalado oscuridad. Vélez tenía una prueba de ese tipo luego de la derrota con Newell´s, un test a su...