Martin Cooper. 'Hola, Joel, te estoy llamando desde un teléfono celular, uno real, un celular portátil'

Martin Cooper en 2009, con el prototipo de 1973 del primer celular y un smartphone contemporáneo en su mano derecha

No es justo. Cuando pensamos en el inventor del teléfono, el nombre que primero viene a la mente es el de Alexander Graham Bell . El de Martin Cooper es solo conocido por unos pocos expertos en tecnología, periodistas e historiadores. Y eso que casi nadie usa ya teléfonos del tipo que inventó Graham Bell; usamos celulares. De alguna clase, pero los teléfonos de línea, "vinculados a un lugar y no a una persona", como señaló desde el principio Cooper, están en vías de extinción. En mi caso, que supe tener no ya una línea, sino dos, hace más de 10 años que no hay aparato de teléfono en casa . Los teléfonos públicos, que otrora eran una visión tan común como los buzones postales, están siendo retirados en todo el mundo, aunque Inglaterra decidió en 2021 salvar muchos de esos aparatos, a los que considera fundamentales en una emergencia . Incluso cuando el 96% de los adultos en ese país tiene un celular.

Retiraron el último teléfono público de Nueva York

Más aun, ayer el SMS cumplió 30 años y en abril del año próximo el teléfono móvil (esa primera llamada histórica con un dispositivo semejante a los que usamos hoy; ahora vamos a los detalles) cumplirá medio siglo . Parece ayer, mire. Medio siglo desde que Martin Cooper se paró e una esquina de la ciudad de Nueva York e hizo la primera llamada celular de la historia .

Cuando uno mira de cerca, en realidad, todo esto de las invenciones es injusto. Ni Bell ni Cooper trabajaron en vacío para permitirnos hablar a distancia. Cientos de pensadores contribuyeron con sus ideas y desarrollos, y eso desde épocas tan remotas como 1926, cuando los pasajeros de primera clase podían hacer llamadas móviles desde los trenes de la Deutsche Reichsbahn -el sistema nacional de ferrocarril creado en Alemania después de la Primera Guerra Mundial-, hasta, por supuesto, el gran perdedor (injustamente, de nuevo) de esta historia, Joel Engel , ingeniero de AT&T que, junto con Richard Frenkiel , habían sentado las bases para que los coches (ya no las casas) tuvieran un teléfono incorporado.

Eso más Marconi , el mismo Graham Bell, y los miles de investigadores en ciencias básicas que habían tejido la trama invisible que subyace en el estudio de la naturaleza y que nos permite hablar con cierto desenfado de cosas como el espectro electromagnético , los semiconductores y la ley de la conservación de la energía...

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