En Marruecos, otro triunfo islámico

Marruecos acaba de completar, pacífica y ordenadamente, elecciones nacionales para elegir a los legisladores de la Cámara Baja del Parlamento. Han sido, en rigor, las primeras elecciones realizadas bajo la nueva Constitución, de julio pasado, puesta en vigor luego de un referéndum que la aprobara.

El reinado de Mohammed VI ingresa así en una nueva etapa histórica como resultado de la presión de la llamada "primavera árabe", en un proceso político-social que hasta ahora el monarca ha conducido con inteligencia y sin mayores problemas.

Treinta y un diferentes partidos políticos concurrieron a las urnas para así llenar las 395 bancas que estaban en juego, con mandatos de cinco años. La puja más importante enfrentaba a tres agrupaciones políticas: el "Partido Justicia y Desarrollo" (PJD), islámico, que liderado por Abdellah Benkirane, ha venido participando en la actividad política marroquí desde 1997 y contaba ya con 47 bancas en la Cámara; la llamada "Alianza para la Democracia" que aglutinara a ocho partidos liberales, de los cuales el "Agrupamiento Nacional de los Independientes" y el "Partido Autenticidad", liderados por figuras cercanas al monarca, eran los más prominentes; y el partido denominado "Istiqlal", de corte nacionalista, el más antiguo del espectro político local, cuyo primer ministro tenía, hasta las elecciones, el timón del poder en sus manos.

La distribución del poder de voto privilegiaba al sector rural por sobre el urbano. En las ciudades, precisamente, es donde es más fuerte el islamismo. Esto es tan así que, tanto en Casablanca como en Rabat, hizo una excelente elección en los barrios más afluentes de ambas ciudades, los de Anfa y Agdal, respectivamente.

El PJD se impuso con alguna claridad, aunque logrando sólo el 27% de las bancas. Quedó entonces lejos de la posibilidad de controlar la Cámara, por lo que deberá formar una coalición para poder gobernar. De esta manera se comienza a transitar una nueva etapa desde el equilibrio, sin hegemonías. Lo más probable es que para esto convoque, quizás no exclusivamente, al nacionalismo del "Istiqlal".

De esta manera -como ya ocurriera en Túnez el 23 de octubre pasado, con el triunfo del "Ennahda"- también Marruecos tendrá un gobierno islámico moderado. La nueva Constitución marroquí obliga al monarca a elegir al premier -ahora Presidente del Gobierno- de las filas del partido triunfante. Quien resulta electo deberá designar al gabinete (excepto el ministro de asuntos religiosos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR