Márquez y Rossi, los enemigos perfectos

La Argentina es uno de los países en los que más se venden los productos relacionados con el italiano Valentino Rossi; él lo sabe bien, porque es el propietario de la empresa que fabrica desde gorritos y banderas hasta remeras o relojes con el emblema VR46, que lo identifica. Esa empresa fabricaba, incluso, los artículos de merchandising del número 93, los del catalán Marc Márquez. Desde fines de 2015 no lo hace más. La enemistad llegó aún al plano de los negocios.

No se saludan, no se hablan, no se miran. El joven piloto de Cervera creció teniendo al astro de Urbino, 14 años mayor, como su ídolo. En el camino apiló un título mundial de 125 cm3, otro de Moto2, y dos logros espectaculares en MotoGP, a los 20 y 21 años. El veterano intentó copiar algunos de los trucos que su admirador traía consigo a las pistas: el derrape de la cubierta delantera o la posición de los codos -más cerca del asfalto que las rodillas- en las curvas. Una lucha de generaciones que prometía hacer vibrar a centenares de miles de fanáticos; esa lucha se degeneró hasta acabar en la frialdad actual.

Todo comenzó un año atrás, cuando Rossi le ganó a Márquez el GP de la República Argentina en un tenso e inolvidable final. Desde entonces, la relación entre ambos se enrareció: Rossi lo acusó de intentar derribarlo en Holanda y el máximo de exasperación llegó en Malasia, cuando Márquez fue al piso aparentemente luego de un patadón del italiano en una curva lenta. El final del campeonato 2015 en Valencia resultó incómodo para todos, y sus secuelas todavía se perciben. "Él es un referente para cualquier piloto de motociclismo, pero yo lo miro hoy con ojos diferentes", dijo de su rival el catalán al llegar al país.

Para algunos, en cierto modo, es negocio: la evidente tensión generó un atractivo casi morboso en las carreras de MotoGP. En Termas de Río Hondo acusaron ayer el ingreso de más de 51 mil espectadores, con un total de más de 136 mil para todo el fin de semana. Una cifra superior a la de 2015. La mayoría formó parte del "pueblo amarillo", como se llaman a sí mismos los fanáticos del piloto de Yamaha, que llegaron a pagar hasta 1300 pesos por una chomba con el emblema de su ídolo.

Márquez y Rossi habían marcado los dos mejores tiempos de clasificación: nunca cruzaron una mirada en la reunión posterior, pese a sentarse uno al...